Año “piloto” “El mundo cambió, no será nunca el mismo, y la adaptación o la negativa al cambio será un factor determinante”. Francisco Samper Director regional de MullenLowe Group para Latinoamérica / socio fundador y presidente de MullenLowe SSP3 2021 fue un vistazo a un nuevo tiempo, el postpandémico. Vivimos cambios frenéticos: tecnológicos, de valores, de conciencia, de ideales. Se implementaron todo tipo de normas. Absurdas y necesarias. Las personas buscaron y encontraron alternativas amigables con su forma de ser, incluso en los entornos más estrictos y con los reglamentos más ambiguos: espacios amigables con su mascota, con su dieta, con su manera de trabajar, con su orientación sexual o su país de origen. Paradójicamente y a la vez, marcas y compañías se declararon no amigables con las personas no vacunadas, racistas y homofóbicas. No sabemos en qué terminará desembocando todo esto. A menos de que quien lea esto sea Bill Gates, por más proyecciones, tendencias y especulaciones que hagamos del futuro, es muy difícil predecir lo que pasará. Hay que estar atentos a los tiempos, pero entender que no podemos hacer nada para controlarlos. El mundo cambió, no será nunca el mismo, y la adaptación o la negativa al cambio será un factor determinante. Los humanos somos criaturas de hábitos. Dos años de pandemia nos demostraron que creemos cambiar a una mayor velocidad de lo que demuestran nuestras acciones. Las intenciones llegan primero y las acciones se demoran en seguirlas, si es que llegan. Por eso, 2022 será el año de buscar el balance -individual y como sociedad- en todos los aspectos. De ver qué hábitos cambiamos definitivamente y qué otros debemos reincorporar con el regreso a la “normalidad”. Cuál es el balance ideal entre vida y trabajo, entre virtualidad y contacto físico, entre continuar digitalizándonos o volver atrás. En muchos aspectos seguimos siendo las mismas personas y consumidores de siempre, pero las marcas deben sorprender y renunciar a su deseo nostálgico de regresar las cosas a su sitio. Un ejemplo: todos los restaurantes del mundo usan hoy QR Codes para mostrar su menú, pero ¿cuántos lo utilizan para captar data y entregar experiencias más personalizadas? Por ahora, 2022 parece emocionante: pinta bien para la sociedad, la cultura, los negocios y en especial para la publicidad. Entre los principales insights que veo, se destacan: Web 3.0, Gaming, Metabeauty, Metatravel, Metawork: Todo lo que comience por “meta” será relevante, pues las personas muestran cada vez más interés por tener presencia en un universo paralelo (aunque aún no sean claras sus implicaciones). Por otro lado, aunque los NFTs hayan sido tachados como “moda” e inspirado memes, el mundo continuará evolucionando de la web 2.0 (redes sociales, user-generated content) hacia la Web3: un ecosistema digital basado en la descentralización, haciendo contrapeso al monopolio de la información que el Big Tech ha creado en los últimos años. Blockchain, criptomonedas, DAO (organización autónoma descentralizada) son términos que también van a continuar siendo noticia en la cultura. El gaming, que hace pocos años superó a la industria del entretenimiento de Hollywood en ingresos, se ha consolidado como el nuevo “prime time” de las nuevas generaciones y cada año los videojuegos expandirán la influencia que tienen en la cultura popular. Vivimos en urgencia y con voluntad de aprender: Las personas ya no quieren perder el tiempo, dejar cosas para después y renunciar a sus propósitos, no quieren desaprovechar un segundo. Buscan que todas sus acciones, grandes o pequeñas, les sumen y los acerquen a sus metas. Durante los confinamientos, se volcaron a sus hobbies, a sus talentos inexplorados o a sus habilidades dejadas para después. Si algo aprendimos hasta acá es que el tiempo que dedicamos a la construcción individual debe encontrarlo cada uno de nosotros, en lo que las marcas podrían ayudar más. Buscamos alivio y contacto humano: 2020 y 2021 agudizaron la intranquilidad en las personas: crecieron las preocupaciones sociales, ambientales, personales y sobre todo las relacionadas con la salud: todos quieren tener “un respiro”, bien sea con grandes, momentáneas o pequeñas soluciones. En consecuencia, las personas quieren encontrar pausas para aliviar tensiones y relajarse. Desahogarse. Están en búsqueda de espacios, experiencias y productos que les permitan "soltar toda su mierda". Reencontrarse con el contacto físico, hablar con personas y no con bots, disfrutar lo presencial, volver a las tiendas que se parecen, huelen y suenan a algo específico y reencontrarse con la agradable sensación de conocer gente nueva. Es el contacto humano el que activa los 5 sentidos y nos recuerda -además- que somos seres sociales antes que digitales. PROFESIONALES DE AGENCIAS