Toda la vida hemos hablado de cómo nuestra in-dustria conecta con la gente; hoy es una realidad absoluta. ¿Cree que los avances tecnológicos de los últimos tiempos la industria publicitaria se complejizó? No creo que se haya complejizado, sino que ha evolucionado, ha habido un proceso de trans-formación en la comunicación. Entonces, lo complejo no es la comunicación per se, sino el desconocimiento, que genera que haya temas que se vean mucho más complejos; pero no lo son. La inteligencia artificial hoy es una realidad absoluta cuando fluye con la vida. Cuando las cosas pasan de una manera natural, auténtica. Para mí no es auténtico y natural ver a personas en el metaverso con unas gafas gigantes en su cabeza porque así no vive la gente, así no actúa, así no se comporta. Sin embargo, sí fluye y es natural y auténtico ver a la gente trabajando con un ChatGPT desde su teléfono, porque fluye con la vida misma. Ese tipo de inteligencia artificial indudablemente se convierte en un ecosistema compartido de las marcas, tecnología y storyte-lling. De alguna manera, la inteligencia artificial y la inteligencia emocional se unen, porque la emocionalidad hace que la inteligencia artificial sea mucho más contundente y el factor huma-no la lleva a lugares únicos. Alguien decía hace poco que la IA va a premiar a los mejores y va a promediar, para ser redundantes, al promedio. Eso va a ser importante porque hay que esfor-zarse por ser mejores. Más allá de la IA, hoy pareciera que para que una campaña impacte tiene que inten-tar salvar el mundo, usar la tecnología para inventar un producto que resuelva una pro-blemática de la sociedad, o que emita un mensaje de algún tema de agenda (sea di-versidad, inclusión, LGTBI, cambio climáti- co, etcétera), si no, no alcanza. Digo, es una manera muy noble de poder usar los recur-sos en pos de hacer un bien a la sociedad, pero a veces también está bien simplemen-te usar el humor o una buena historia y ven-der el producto. ¿Qué piensa al respecto? Creo que es un tema bien interesante. A lo largo de los últimos años, la comunicación ha sido demasiado profunda. Yo digo que tenemos un exceso de propósitos. No puede ser que cada pieza o cada trabajo que hagamos en comuni-cación quiera cambiar el mundo. Suena un poco excesivo y exhaustivo cambiar el mundo cada semana, cada día, o cada cinco días. El objetivo de la comunicación es conectar y un propósito puede ser el bienestar de la gente, puede ser la sonrisa de una persona, la reflexión; elementos mucho más cotidianos, pero tan importantes en la vida de cualquier ser humano. No necesaria-mente cambiar el mundo, sino cambiar un minu-to en la vida de alguien, cambiar la cara, lograr una sonrisa, cambiar un momento de tristeza… Hay tantas cosas que la comunicación puede lograr en la vida cotidiana. Recién mencionaba la influencia de la IA cuando fluye con la vida. ¿Qué impacto cree que tendrá en la industria y cómo cambia la forma de hacer comunicación y marketing? Insisto en que la IA va a traer un momento muy importante para la comunicación. Tal vez la pri-mera aproximación fue la creación de internet hace años. El mundo no se cambió, sino que se transformó un proceso donde las ideas siguen primando, las emociones siguen siendo muy im-portantes. Hoy es la IA… Pero de ahí a creer que va a reemplazar al ser humano… No pienso que sea así. Creo que es la conjunción de los dos, de manera bípeda, que lo hace más explosivo, con-tundente, atractivo e innovador. Es como tener un avión con un piloto y un copiloto. Los dos son definitivos para un buen vuelo.