Simon Bross Director y productor de cine obre qué hechos más me han impactado los últimos 20 años, contaré una anécdota. Mi abuela decía siempre que la felicidad eran esos diez minutitos de felicidad. Y yo no le entendía. Creo que se refería a esos diez minutitos que juntas en la vida de esos momentos que son mágicos y que te van formando como persona. Y son ellos los que considero los más trascendentes de estas dos décadas. Creo que la vida conlleva cosas tremendas de por sí. Veinte años no es nada “Siempre estoy a la caza de esa magia imprevista”. Siempre pueden ocurrirnos cosas terribles, gente que muere, que enferma, pandemias… Mientras eso no sucede, estamos pasando los mejores momentos de la vida. Y muchos no los apreciamos. Momentos de gran calma, donde pareciera que no está pasando demasiado. Esos grandes momentos que a veces se ven cortados por una desgracia inevitable y que, si eres muy afortunado, pueden durar años. Curiosamente no elijo ni me acuerdo de momentos ligados a grandes picos de éxito. Cuando has tenido un éxito por un premio, un reconocimiento o te elogian públicamente, es algo que pasa muy rápido y se olvida. Realmente, en mi caso, los grandes éxitos son a nivel amistad. En esta profesión he encontrado a la gente más idiota del mundo pero también a la mejor, a la más inteligente y a la que quiero entrañablemente. Los grandes éxitos son los cotidianos, con la familia, con los hijos, en los que uno está disfrutando entrañablemente la vida. De cara al futuro, en este momento, quizás porque estamos en medio de esta pandemia, hay que tener mucha paciencia. Estamos como dentro de una gran ola que nos agarró y tenemos que tener calma y ver si nos mete más adentro del mar o nos saca. El que se desespere se va a morir ahogado. Creo que la expectativa es de seguir trabajando y viviendo con la gente que quiero. Uno como director planea y planea pero lo que está buscando es que suceda un milagro, que haya magia, que pase algo inesperado y un rayo de luz pegue de una cierta manera o un actor diga algo que tu no esperas y suceda el gran milagro de la filmación. Y en el día a día pasa lo mismo. Por eso saco fotos diariamente, siempre estoy a la caza de esa magia imprevista. Y espero que esto siga sucediendo cotidianamente.