Todos hemos visto cosas así. Pero también hemos visto artículos del gran Borrini, que tuvo siempre un lugar en Adlatina, probablemente el tipo que más supo de la historia de publicidad argentina jamás. Y Adlatina le dio espacio. A Dreyfus y su habano, dando algún parecer apoyado en el simple hecho de haber producido algunas de las ideas publicitarias más originales de la publicidad argentina, a los mejores que han hecho esto llamado publicidad en toda la región, o quien sea que haya estado con ganas de sermonear, diciendo una cosa que nos sorprendiera un poco. Yo caí por supuesto en esa trampa, elevando alguna máxima pretenciosa a las letras naranjas de Adlatina. Sin embargo, cuando lanzamos Madre, junto a Gabriela y Alejandro y luego se sumaron Rafa y Sebas y muchísima gente talentosísima, usamos a Adlatina y a Jorge Martínez para anunciarlo. Y Jorge lo hizo, nos puso ahí. O sea, dicho en criollo, fuimos a pedirle la escupidera, y contamos, por Adlatina, alguna cosa que estábamos haciendo. Adlatina ha sido uno de esos lugares que consideramos inevitables para que un bendito cliente se enterara de algo y nos llamara para algo. Y así funcionó, con enorme eficiencia. Es imposible pensar en actividades como la publicidad sin centros de gravedad como Adlatina. Esto es menos un elogio que una observación real, que indica que el autobombo, económicamente, funciona y hace crecer comercialmente a todo un sector. Por eso, y por el cariño a Jorge, es que les digo Feliz Aniversario. No sin antes aclarar que tanto Electrónica Caracol como Digitas Recife aún no existen, pero deberían.