Copiloto Perú Vicho Castillo CCO • El trabajo que mejores resultados nos trajo fue, sin duda, el que realizamos para la ONU (UNFPA) y el Ministerio de Justicia del Perú, “No da risa”. En un país donde los programas cómicos de señal abierta llevan 5 décadas celebrando el racismo, el machismo y la homofobia como una forma de humor, lanzamos esta campaña para cuestionar la manera cómo aprendimos a reír los peruanos. Recreamos al pie de la letra, en una especie de parodia inversa, sketches originales pero sin las risas de fondo ni las luces de un set de televisión. Los grabamos nuevamente con un tratamiento hiperrealista y cada palabra que antes nos hacía reír, quedó expuesta con toda su carga de violencia. • Primero, el lugar que una marca elige para plantear su propia relevancia. Ese lugar desde el cual puede conectar con la gente, meterse en sus vidas y articular una cultura propia; desde el que se hace posible aportar resolviendo una tensión, diciendo algo nuevo o simplemente entreteniendo. Dónde pararse es fundamental para una marca, no solo para alcanzar el éxito sino para hacerlo de manera sostenible. Segundo, la capacidad de tocar una fibra interior. Esto es lo que sigue dándole sentido a las ideas y valor a la publicidad, porque solo así se puede activar una respuesta, movilizar, generar un cambio. Una buena idea, bien ejecutada, sigue siendo la mejor fórmula. Siempre con simpleza: la publicidad tiene que ser simple, por eso es tan difícil hacerla. • A Pancho Cassis lo vengo siguiendo desde que estaba en Lola, pero ahora, como cabeza creativa de David, viene ejecutando campañas globales que respiran absolutamente el espíritu de esta época. Lo de Sergio Gordilho en África ya es conocido y reconocido de manera sostenida en todos los festivales. Pero como CCO de una agencia independiente, destaco lo que ha conseguido Gustavo Lauria en We Believers. Su trabajo para Burger King México, Corona, el Eco Six Pack Ring, es publicidad capaz de transformar no solo a una persona sino a una industria entera.