las cosas bien, adaptarnos, criar a los hijos, hacer el almuerzo, educar a los chi-cos, según la realidad de cada uno… Pero creo que se quemó toda la industria. Ahora estoy viendo la secue-la de todo eso, a pesar de que todos tratamos de ser profesionales y poner buena cara. A cada uno le pegó dis-tinto la pandemia. Hay gente que se asustó mucho, gente a la que le vino bien trabajar desde casa y no le afectó tanto. Hay gente a la que, entre el aislamiento, la falta de contacto humano, la angustia de no saber si mañana iba a tener trabajo, se le destruyó su salud mental. Ping Pong de campañas Mujeres creativas destacadas por Maru Kopelowicz: Museum of feelings