Los creadores de contenidos buscan ser considerados emprendedores más que influencers. Aunque algunas marcas podrían todavía caracterizarla como una influencer, ella prefiere el término “creati-va”, y ser tratada como tal. “’Influencers’ tienen una mala connotación desde 2012, cuando la gente promovió todo tipo de produc-tos en los que no creían”, explicó Strickland. “Nosotros estamos en una fase evolucionista, impulsando ese vuelco hacia ‘creativo’, porque eso es lo que somos. Cuando la gente piensa en mí como influencer, creen que yo sólo posteé una foto, y yo digo: ‘No, yo soy más que eso. Hay mucho más trabajo que va en esa otra denominación. Por eso uti-lizo el término creador’”. Ella está lejos de mover-se en soledad. Strickland representa a un creciente número de creadores de contenidos que quieren ser tomados más seriamente como emprendedores y propietarios de negocios, más que como personalidades digitales que antes que nada envían fotos o videos para pregonar sus productos. Los seguidores, siempre demandantes –millennials o Gen Z- aprecian la autenticidad y creatividad por sobre todo lo demás, y esperan cada vez más de quienes ellos siguen; quieren ser entretenidos, edu-cados o inspirados. Después de todo, cualquiera puede enviar una foto o usar un hashtag para promo-verse a sí mismos.