EDITORIAL ¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE ELLOS? Por Natalia V. Biscione Secretaria de Redacción Adlatina Magazine rgentina, año 1999, una nena simpática irrumpía la pantalla sorprendiendo hasta a su propio papá con un “¡qué hacés viejo!”. Cuando en Agulla & Baccetti crearon el spot para Telecom, donde La nena del 2000 decía que no quería nada de ositos, nada de mariposas, el mundo todavía no había siquiera entrado en el debate de cómo se llamaría la generación posterior a los Millenials. Faltarían muchos años para que, entre otros tantos, finalmente se acuñara el término de Generación Z. Siete segundos es el tiempo que tardamos en lograr una primera impresión de algo o alguien. Esa misma cantidad de segundos -en verdad, uno más- corresponde a la capacidad de concentración que puede tener un Centennial (cuatro segundos menos que sus antecesores, los Millenials). Para captar su atención hay que ir directo al grano. A