¿Cómo creen que este oro en los Effie refleja la filosofía o el ADN de la agencia?
La filosofía de la agencia tiene mucho que ver con la esencia del Effie: ideas que funcionan y que son diferentes, tanto desde la estrategia como en la ejecución. En la agencia tenemos una frase de Jacques Cousteau que nos representa: "Como no sabían que era imposible, fueron y lo hicieron". Creo que la campaña de Honda Navi es eso, algo que en el papel parecía imposible, y no le hicimos caso.
¿Qué rol jugaron los clientes y el equipo en la creación de este caso premiado?
El rol de todos fue el mismo: respetar y dejar que cada parte hiciera lo que mejor sabe hacer. Desde el principio, hubo una incomodidad compartida entre todos los involucrados: Khea, Honda, Almacén y Roommate. Cada uno marcó sus límites, y esos límites sacaron a los demás de su zona de confort. A la distancia, creo que ese fue el ingrediente más importante de la receta.
¿Cuál fue el mayor aprendizaje que este premio deja para la industria publicitaria en general?
El aprendizaje principal es que se puede hablarle a una generación esquiva a la publicidad y que, si lo hacemos bien, están dispuestos a escucharnos. Hay que hablarles sin interrumpir sus momentos de esparcimiento. Las marcas deben integrarse a su mundo de manera genuina y relevante.
¿Qué oportunidades y retos ven para el sector publicitario en un mercado como el argentino en 2025?El mayor reto es achicar la distancia entre lo que es relevante para un consumidor y lo que dicen las marcas, porque hoy esa brecha es enorme. Tenemos la obligación de volver a ponerle "piel" a la comunicación. Usar la data sin perder la empatía es la manera más poderosa que tienen las marcas para comunicarse con la gente.