Por Sylvia Sánchez Alcántara, presidenta de Marketing Lab y Woman to Watch 2016

Nuestra sociedad tiene un conjunto de ideas sobre cómo se espera que los hombres y las mujeres se vistan, se comporten y se presenten y la publicidad ha sido un actor importante en su construcción. Sin duda, ha contribuido a la creación de estereotipos sociales y culturales.

Durante décadas vimos anuncios en los que las mujeres eran complacientes y emocionales y los hombres seguros y agresivos. Mujeres delgadas y elegantes y hombres altos y musculosos. Mujeres sumisas y dependientes dentro del hogar, dispuestas a servir y atender a toda la familia; las que salían a trabajar siempre subordinadas a un jefe y bellas.

Para vender productos para hombres, gran parte de los anuncios usaban a la mujer como objeto decorativo o de deseo.  Esta imagen ha dañado a tal grado que muchos varones sí tratan a la mujer como si fuera un objeto sexual. México ocupa el primer vergonzoso lugar en violencia sexual a las mujeres, según una encuesta de la ONU, publicada en los medios en 2011.

En los últimos años, con la participación más activa de las mujeres en la economía de la mayoría de los países, el empoderamiento de la mujer es el tema de moda y la publicidad se ha actualizado, al menos en apariencia.

Pero ahora incorpora nuevos roles femeninos: las supermujeres que, además de trabajar todo el día, llevan el peso de la casa y del cuidado de los hijos.  

Qué decir de otro estereotipo que la publicidad creó con gran éxito, como es el hombre metrosexual, preocupado por su aspecto físico igual o más que la mujer, que logró que productos de belleza y moda aumentaran sus ventas e ingresos.

Si bien la función principal de un anuncio publicitario es eminentemente comercial, es un elemento formador de ideas en la mente de hombres y mujeres. Cuando entendemos la importancia de la publicidad podemos entender sus alcances y efectos en la sociedad, y eso implica una responsabilidad.

Ciertas marcas han entendido la influencia que pueden tener en la sociedad y están haciendo una publicidad constructiva digna de aplaudir.

A continuación algunos ejemplos, ya que cada día hay más ejemplos que espero motiven a otras marcas a seguir este camino para tener una sociedad más equitativa.

Always, Like a Girl

El comercial ataca el estereotipo de hacer cosas “como niña”, que significa -por las acciones de las personas que participan- torpeza, debilidad, delicadeza e, incluso, ridiculez.

Goldie Box, Rube Goldberg Princess Machine

A las niñas suelen limitarlas a un tipo de juegos y juguetes, donde normalmente ellas son indefensas princesas o amas de casa. En el anuncio vemos a tres niñas que no quieren jugar con muñecas o hacer de princesas sino que inventan una máquina. El producto busca fomentar la innovación y que más niñas se preparen en carreras antes consideradas masculinas.

Cloralex, Haz tu parte

La marca de productos de limpieza para el hogar Cloralex lanzó una campaña el 8 de marzo con la que busca romper estereotipos de género bajo el hashtag #HazTuParte.