—¿Cómo será su acercamiento como jurado de un premio internacional que ya cumplió más de medio siglo?
—Ser jurado en D&AD es más que evaluar piezas maravillosas. Es tal vez uno de los festivales más importantes, pero también el más riguroso del mundo. Es un compromiso que los profesionales asumen con la calidad del trabajo establecida por los jurados anteriores. Se necesita mantener una vara alta. Además, es importante el compromiso y mantener el mismo nivel. Como jurados no podemos establecer un nuevo estándar. Mi compromiso va a ser luchar incesantemente por mantener la calidad creativa y el carácter riguroso que D&AD ha construido en los últimos cincuenta años.

—¿Qué motivos personales lo llevan a entusiasmarse con la idea de ser jurado?
—Tengo una historia con Londres y con el festival, que implica un cambio muy importante en mi vida. Yo había empezado a trabajar en publicidad y decidí vivir en Londres y estudiar diseño gráfico en el Royal College of Art, una de las mejores escuelas del mundo. Había dejado la publicidad un poco de lado, pero mientras estudiaba decidí inscribirme en un curso en D&AD, para jóvenes talentos creativos. Un factor fundamental de D&AD, que además de ser reconocida como un festival de creatividad y publicidad, es también por el carácter formador de nuevos creativos, por el compromiso que tiene con la industria de la creatividad en el mundo, y con la comunicación. Acababa de entrar en ese curso y fui elegido como uno de los mejores creativos ese año. El D&AD fue un punto de referencia en mi carrera. Entonces estar juzgando allí, en una ciudad que considero mi tercera ciudad después de Salvador y San Pablo, es un combo fantástico.

—¿Cómo es la dinámica de la comunidad que se genera entre los jurados que comparten el juzgamiento en un festival?
—Es un festival muy riguroso, también en la elección de los jurados. Y por eso, se conserva un nivel alto. En mi caso, ya he sido jurado otras veces, pero es mi primera vez como presidente de una categoría. Y con certeza, mirando el perfil de los jurados, cualquiera de ellos podría haber sido presidente. El nivel que tienen los profesionales es tan riguroso como la elección de los trabajos. Tal vez por eso el D&AD le imprime tanta calidad. Por ser riguroso en todas sus formas, desde la manera de elegir a los jurados hasta la forma de premiar las piezas. La dinámica es de mucho respeto, de admiración y de escuchar y mirar los comentarios de los demás. La gente sale muy enriquecida de allí. A diferencia de muchos festivales, en este no existe ninguna política, solamente ser buen compañero, luchar por un trabajo mejor y no por los intereses de algunos países, redes o agencias. Este compromiso hace que las relaciones sean más ligeras y que haya menos grises.

—¿Qué aprendizaje deja ser jurado? Si nunca lo fue, ¿qué aprendizaje supone que le dejará la experiencia?
—Yo creo que ser jurado es como hacer un curso acelerado, un MBA anual de creatividad. El jurado tiene la posibilidad de pasar algunos días en una sala evaluando los mejores trabajos del mundo, de las mejores agencias, de los mejores creativos y de los mejores profesionales. Es una forma de repensar, mirar los conceptos, mirar un poco más las marcas con las que trabajamos. Es como hacer un summit, un curso rápido e intensivo de qué enfoque se les está dando a ciertos principios y cosas de ese tipo. El aprendizaje de ser jurado se da al ver y evaluar las piezas.

—¿Qué peso tienen los premios actualmente en la carrera de un profesional de la publicidad?
—Tienen una importancia muy grande. Quien dice lo contrario es porque nunca ganó nada. Significa no por el premio, sino por el camino que se hizo para obtenerlo. Para que usted gane un premio existe un proceso, en que se necesita pensar, analizar y tener una visión muy clara de cuáles son los temas sobre los que el mundo quiere escuchar. Usted necesita tener una condición para crear sobre este tema y estar alineado con una marca, ya que no se crea sin probar esa idea. El proceso entero es un aprendizaje hasta llegar al premio. En ese sentido, conseguirlo es importante, porque nos hace ser creativos que hacen que las cosas sucedan y personas llenas de ideas. Un creativo que está realmente teniendo una relevancia en la industria por estar cuestionando procedimientos y procesos. Eso diferencia a un gran creativo del “creativo”, aquel tipo que quiere crear, pero no deja un sello. El proceso de llegar a él es lo que uno necesita valorar. Y si ganó un premio, es porque ese proceso fue bien hecho, bien contado, bien producido y bien creado.