Los hermanos Piyush y Prasoon Pandey fueron reconocidos este año con el Lion of St. Mark, el premio que entrega Cannes Lions a los profesionales que han hecho una contribución extraordinaria a la creatividad en la industria publicitaria.
Desde su nacimiento en 2011 lo han recibido Sir John Hegarty, Dan Wieden, Lee Clow, Joe Pytka, Bob Greenberg, Marcello Serpa y David Droga. Los Pandey son los primeros asiáticos en ganar este premio, y los primeros en hacerlo en forma conjunta.
Piyush es presidente ejecutivo y director creativo de Ogilvy South Asia. Durante los años 80 y 90, su trabajo contribuyó a la popularización de las campañas en hindi, lo que empezó a hacer a la creatividad india más accesible. Se unió a Ogilvy en 1982, y en 1994 se convirtió en director creativo nacional. En 2002 ganó sus primeros Leones en Cannes, y en 2004 se convirtió en el primer presidente de jurado asiático del festival. Hoy en día es considerado una leyenda en la industria publicitaria india.
Su hermano Prasoon, en cambio, es un director muy respetado a nivel global. Comenzó su carrera en Lintas Delhi y llegó a convertirse en director creativo de Lowe India. Fue el realizador de One Black Coffee, la campaña para Ericsson que ganó el primer León de India en 1996 (y que escribió junto a su hermano a pesar de que era un trabajo de otra agencia). En 2002 comenzó su propia productora, Corcoise Films.
El viernes al mediodía los Pandey fueron entrevistados por Philip Thomas, CEO de Ascential Events, quien indagó sobre su infancia en Jaipur durante la década del 60.
Con siete hermanas mayores, los hermanos Pandey fueron los malcriados de una gran familia cálida y muy creativa. De hecho, varias de las Pandey estuvieron en Cannes acompañando a Piyush y Prasoon y, por lo que se cuenta, pasaron las noches del festival cantando por las calles de la ciudad.
Thomas subrayó la centralidad que tiene la cultura india y la vida cotidiana del país en la obra de los Pandey. Prasoon comentó: “Somos afortunados de haber nacido en una tierra tan rica en textura, llena de ideas. Lo único que hacemos es plasmar lo que vemos y oímos a nuestro alrededor, y la audiencia empatiza porque esa es su vida”. Para Piyush, la ventaja es evidente: “Hay que hacer publicidad relevante para el público –aseguró–. No existe tal cosa como una idea global, porque si buscás algo amplio vas a encontrar sólo el mínimo común denominador. Cuando trabajás para tu target, a veces encontrás algo que puede viajar”.
Prasoon compartió qué es lo que más le gusta de la publicidad: “Todas las mañanas es como hacer un crucigrama, uno completamente nuevo –explicó–. Nosotros hacemos historias cortas. Me encanta vivir en un mundo y al mes siguiente trabajar con nuevos colaboradores, nuevas ideas. Me gusta que cuando levanto el crucigrama no tengo la respuesta pero tengo la confianza en que puedo resolverlo”.
Otro tema que tocaron, y sobre el que indagaron varios profesionales jóvenes vía Twitter, es cómo persuadir a ejecutivos y clientes de que acepten sus ideas. Según Piyush, se trata de creer en una idea e insistir: “Hay que aprender a jugársela. Es sólo publicidad, no se muere nadie. Encontrá tus formas de persuasión: después de todo, si no podés convencer a una persona no vas a poder a convencer a miles”. Además, sostuvo que no se trata solamente de alcanzar cierto prestigio. “No siempre tuve 60 años. Alguna vez tuve su edad –dijo–. Ningún cliente es tan tonto para comprar una idea idiota porque la pensó alguien con canas”. Instó a ver a los anunciantes como personas, y no como un enemigo.
A lo largo de la sesión los Pandey recibieron saludos de varios distinguidos colegas de todo el mundo, entre ellos David Droga, Shelly Lazarus, Jeff Goodby y Tham Khai Meng. Todos ellos destacaron su buen carácter y su espíritu relajado.
En Pandeymonium, su libro sobre publicidad, Piyush habló de la importancia de hacer sonreír a la gente dentro y fuera del trabajo. “Es muy importante en el proceso creativo, si no el trabajo se convierte en algo enorme. Así no puede suceder algo mágico. Si lo ves como algo disfrutable, la gente a tu alrededor se va a reír y no va a tener miedo”, contó, y aseguró que miden el éxito por el nivel de risa en la habitación.
Para poner un ejemplo de cómo el humor puede solucionar problemas, Prasoon contó que una vez un cliente le pidió algo que a él le parecía que iba a arruinar el comercial. Su solución fue agarrar el teléfono y fingir que le preguntaba a su madre qué hacer. “Mi mamá me dijo que no, y ya saben, es mi mamá”, respondió. “Funciona todas las veces –aseguró Thomas–, sobre todo si sos Prasoon Pandey”.