Africa creó para Banco Itaú la campaña Fin de año, protagonizada por un robot y narrada por el actor Matheus Nachtergaele, quien propone reflexionar sobre el futuro y la tecnología y rememora algunos de los acontecimientos que sucedieron en 2019.
Cuando un niño le pregunta cuál es el futuro, el robot protagonista, encarnado en la voz de Nachtergaele, se encuentra cada vez más sorprendido por la capacidad de los humanos para desafiar la lógica y las predicciones hechas por sus algoritmos y datos. El spot muestra al robot en varios eventos reales que tuvieron lugar a lo largo de 2019, escenas en las que la sensibilidad humana era fundamental, lo que hace que el robot se pregunte si realmente se puede considerar a si mismo como “futuro”. Después de todo, él continúa siendo instigado e inspirado diariamente por las acciones y el comportamiento humano.
Eduardo Tracanella, director de marketing de Itaú Unibanco, aseguró: “El comercial de fin de año de Itaú ya se ha convertido en una tradición. Nuestro objetivo ha sido contar historias inspiradoras, de una manera sensible e impactante, pero sobre todo que se conecten con las personas”.
Al respecto, Sophie Schonburg, directora creativa ejecutiva de África, señaló que la idea del comercial de este año provino del cierre de un evento bancario interno para todos los líderes de la compañía, donde trataban ese contrapunto: el futuro estará hecho de personas, no de máquinas. “Creo que, aunque la tecnología sea accesible y haga posibles cosas increíbles, hay cosas que solo nosotros podemos hacer. Las cosas más increíbles del mundo siguen siendo las más humanas”, concluyó.
El film presenta versiones de 120, 90, 60 y 30 segundos que se mostrarán en televisión, las redes sociales del banco y el canal de YouTube de Itaú.
Además, la campaña se compartirá en WhatsApp a través de un bot. Cualquiera que quiera recibir la película en su teléfono móvil podrá enviar un mensaje al número de bot y luego compartir el mensaje con amigos y familiares.
El spot contó con la producción de Saigón, la dirección de Felipe Velasco y la postproducción de Nash. El director de fotografía estuvo a cargo del argentino Agustín Oroz.