En una acción sin precedentes para intentar enmendar un desastre en relaciones públicas, la firma Michelin Tire Co. decidió ofrecer a los aficionados al automovilismo que asistieron a la última carrera de Formula Uno en Indianápolis una devolución completa del dinero de la entrada.
Como se sabe, en el propio día de la carrera, la firma fabricante de neumáticos descubrió una falla de diseño en sus productos y estimó que sería peligroso que sus conductores los utilizaran.
A un precio promedio de 100 dólares la entrada, el gesto de Michelin puede costarle 12 millones de dólares, además de otros 5 millones que la empresa parisina prometió comprar para el Gran Premio de Estados Unidos del año venidero.
La acción sigue a un notorio desastre de PR tanto para la Formula Uno como para la compañía de neumáticos. El día de la competencia, hubo un pedido a las autoridades deportivas para lograr una excepción a la regla que prohíbe que los equipos cambien sus cubiertas después de las pruebas preliminares de calificación, y también se pidió al ente que maneja el circuito de Indianápolis la instalación de una chicana, o curva, que provocaría una disminución de la velocidad de las máquinas, en un intento de hacer más seguro el circuito. Pero los dos pedidos fueron rechazados, y los teams con neumáticos Michelin se retiraron entonces de la competición.
Las únicas cubiertas que se utilizan el Formula Uno son Michelin y Bridgestone.
Catorce sobre veinte
Catorce de los veinte volantes dejaron de participar en la carrera, lo que dejó a sólo seis vehículos en competencia y más de 100.000 aficionados enfurecidos. “Michelin lamenta profundamente que el público haya sido privado de una excitante competencia y por lo tanto desea ser el primero, entre todos los grupos que participan en el circuito de Indianápolis, en formular un fuerte gesto hacia los espectadores”, declaró la empresa en un comunicado.
La Formula Uno, que se corre principalmente en Europa y Asia, ha buscado desesperadamente encontrar una audiencia importante en Estados Unidos, que igualara el tipo de rating de TV que recibe la categoría Nascar, y ganar así auspiciantes poderosos. Pero lo ocurrido ahora puede haber arruinado buena parte de ese el trabajo de acercamiento.
“Estamos repensando nuestro auspicio”, reveló en off el jefe de marketing de uno de los esponsors norteamericanos. “Aun antes de lo que pasó en Indianápolis, hemos estado analizando que de las 19 competencias del calendario de F-1, sólo dos se realizan en América del Norte (Indianápolis y Montreal), y que la popularidad de esta categoría no parece estar creciendo demasiado. Y ahora... bueno, lo que pasó no hizo más que acelerar estas reflexiones...”.
Frank Williams, el británico propietario del team BMW-Williams, recibe más dinero de auspiciantes americanos (Hewlett-Packard, Anheuser-Busch y Federal Express, entre otros) que cualquier otro equipo de la categoría. El suyo fue uno de los que utilizaban Michelin y que debió retirarse de la competencia.
“Espero realmente que nuestros esponsors nos perdonen”, dijo Williams.
No es el momento
La competencia entre Michelin y Bridgestone es tan dura como cualquier otra que se produce entre esponsors de las carreras. De todas maneras, un vocero de Bridgestone acaba de decir: “La F-1 recibió un tremendo golpe con lo que ha pasado y no es momento de intentar ganar terreno como consecuencia de la serie de desafortunados eventos que han ocurrido. Hubiésemos preferido ganar la carrera con todos los autos en la pista. Por eso no haremos publicidad alguna con esta victoria. Reservaremos ese dinero para cuando ganemos en un contexto competitivo”.