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SUS INICIOS FUERON EN 2000 EN EL MUSEO TATE

Los artistas de la Serie Unilever, en el Turbine Hall

La sala Turbine del Museo Tate (Londres) cambió su aspecto de manera copernicana en los cinco últimos años. Estuvo encendida con un enorme sol, se la llenó de torres hechas de cajas de cartón, tuvo su propio cielo, hasta llegar a la nueva instalación presentada por Carsten Holler.

Los artistas de la Serie Unilever, en el Turbine Hall
The weather project, de Olafur Eliasson.
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La Serie Unilever

¿Qué significa el arte contemporáneo? No muchas veces se encuentra una respuesta unívoca para esta pregunta. El Hall Turbine del Museo Tate (Londres) demostró con sus últimas seis propuestas bien diferenciadas lo que puede ser considerado una variedad de excelentes exponentes de las instalaciones posmodernas.

Los artistas a cargo de vestir esta sala fueron, año a año, Carsten Holler –actual-, Louise Bourgeoise, Juan Muñoz, Anish Kapoor y Olafur Biasson.

 

1. Carsten Holller y sus hongos gigantes

Hasta mayo de 2006, se podrá ver en el Tate Museum la instalación de Holler perteneciente a la Serie Unilever, y aunque la artista no ha revelado su contenido, se sabe que está trabajando con hongos gigantes y con obras arquitectónicas, y que está creando una especia de calesita.

Jessica Morgan, curadora del proyecto, dijo en una entrevista: “Carsten logra que los trabajos a gran escala funcionen, ya sea de manera física o conceptual. Estamos convencidos de que puede tomar todo el gigantesco espacio del Turbine Hall y transformarlo. Sus trabajos tienen una naturaleza dual. Hay belleza, esplendor y diversión; pero al mismo tiempo existe cierta tensión o problemática en sus obras. Te lleva a un lugar seguro para luego sacarte de allí y lograr que uno se pregunte sobre uno mismo y el espacio.”

 

2. Embankment, de Rachel Whiteread (Octubre de 2004 - marzo de 2005)

Whiteread, escultor ganador del premio Turner en 1993, creó una instalación de forma laberíntica hecha con 14.000 cajas de cartón. Su volumen fue de 1.346 metros cúbicos, y fue hasta el momento el trabajo de mayores dimensiones del artista. El título de la obra es Embarkment.
El artista decidió utilizar cajas de cartón por su asociación con el guardar cosas privadas, y para generar la sensación de misterio creada por una caja cerrada de la que no se conoce lo que hay en su interior.
Para ver más fotos o un vídeo con su instalación, se puede ingresar a
http://www.tate.org.uk/modern/exhibitions/whiteread/installation.shtm

 

3. Raw materials, de Bruce Nauman (Octubre de 2003 - marzo de 2004)
Este artista estadounidense creó una propuesta poco común: le encargaron que llenase la Sala Turbine y en vez de usar material, la llenó de sonidos.

Se pusieron amplificadores en distintas partes de la sala, de manera estratégica para que el público experimentara bandas de sonido desde cualquier posición. “Work, work, work…”, “silence, silence, silence” fueron algunos de los mensajes que la gente podía escuchar.

 

4. The weather project, de Olafur Eliasson (Octubre de 2002 - marzo de 2003)
Ver el sol dentro de una sala puede ser una experiencia interesante, afirman varios de los espectadores que pudieron deleitarse con la representación del sol del artista danés. El clima es un tema de conversación universal. Por eso, a Eliasson se le ocurrió trabajar en esta instalación, para explorar ideas acerca de la experiencia, la mediación y la representación de este fenómeno.

El artista logró ese efecto combinando en un semicírculo miles de lámparas de mono frecuencia y reflejándolas. Así produjo una esfera radiante.

 

5. Marsyas, de Anish Kapoor (Octubre de 2002- abril de 2003)
Esta pieza de Kapoor consistió en tres aros de acero unidos por una membrana de luz roja. Dos estaban ubicadas de manera vertical, a cada punta del espacio; mientras que la tercera estaba suspendida en el aire, en forma paralela a un puente. La membrana “parece piel fresca”, según dijo el propio creador en una ocasión al diario inglés The Guardian.

No fue la primera vez que este autor desarrolló una instalación de tales características, ya que es conocido por la creación de formas esculturales enigmáticas  que permean el espacio tanto psicológico como físico. Sus trabajos van desde intervenciones específicas y obras en las paredes hasta otras de dimensiones que casi quiebran los records de Guinnes.

 

6. Double bind, de Juan Muñoz (Junio de 2001 - marzo de 2002)
Este artista español creó dos mundos diferenciados en un mismo espacio, con ascensores y figuras extrañas que se encuentran en mundos subterráneos.

La obra tenía 155 metros de largo y 35 de alto. Presentaba al espectador una serie de situaciones intrigantes, jugando con los conceptos de visibilidad e invisibilidad.

Como bien indica su nombre, la instalación está dividida en dos partes: una superior, a través de la cual pueden verse los dos ascensores en constante movimiento; y un piso que pareciera tener agujeros –aunque muchos son aparentes-. Al bajar, la atmósfera se espesaba y se veían figuras en las capas subterráneas, pero nunca quedaba claro qué hacían estas figuras, ni cuál era la posición de los espectadores.

 

7. I do, I undo, I redo, de Lousie Bourgeois (2000)

Esta instalación consistía en tres torres de acero a las cuales podían treparse los visitantes.
Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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