El Consumer Electronics Show, evento que acaba de realizarse en Las Vegas, arribó a una conclusión sugestiva: hay una nueva generación de mujeres que conocen bastante del tema tecnológico, pero la publicidad la sigue tratando como idiotas que no pueden entender mensajes medianamente inteligentes.
En dicho foro, todos los delegados escucharon apelaciones de que la mujer debería ser tratada con respeto por las empresas que venden artículos como cámaras fotográficas digitales o reproductores de MP3.
En realidad, la industria tecnológica está ansiosa por entrar de lleno en el mercado femenino, ya que en los Estados Unidos la mujer gasta anualmente alrededor de 50 mil millones de dólares en ese tipo de aparatos.
Según Laura Heller, editora senior de la revista DSN Retailing Today, “las mujeres constituyen un mercado enorme y mal servido de la industria electrónica. Faltan conocer muchas cosas de esta variante demográfica. Especialmente, averiguar cómo compran artículos tecnológicos, como los sienten en relación a su propia personalidad y, sobre todo, de qué manera las hace sentir la tecnología”.
Irritación
Los investigadores encargados por la CES detectaron que, en la mayor parte de los casos, las mujeres sienten irritación hacia los vendedores de ambos sexos, a quienes ven como poco amistosos y demasiado prepotentes.
Algunas, a pesar de que se consideran mujeres inteligentes y activas, sienten que en este tema se las hace sentir “tontas”. “Lo que más perciben es una total falta de respeto”, admite Dave Williams, vicepresidente de investigación y análisis de la cadena electrónica Best Buy.
“Se las ignora, o se las confunde por parte de los vendedores de los comercios. Y si no se las respeta, todo el esfuerzo que se hace para captarlas termina yendo a la basura”, agrega el experto.
Según el estudio, casi la mitad de las mujeres prefiere ir a comprar este tipo de artículos junto a un hombre, porque creen que de esa forma serán mejor tratadas por los vendedores. Las mujeres más jóvenes respondieron que a menudo se dirigen a ellas como “simples idiotas que no saben lo que están pidiendo”.
Compradoras jóvenes
Las que se sienten más discriminadas, según la señora Heller, son las más jóvenes –el segmento de 18 a 24 años–, que han crecido con la tecnología actual y quieren realmente comprar esos productos. Se las discrimina por partida doble: por el sexo y por la edad.
“Las mujeres más jóvenes, que entienden de los adelantos, no quieren que alguien les explique someramente y sin profundidad cómo son los aparatos –señala Denise Yohn, experta de marketing de Sony Electronics–. Quieren enterarse de todos los detalles de cada producto”.
Muchos empezaron a reclamar ahora como imprescindible un training especial de la fuerza de ventas para interactuar correctamente con las mujeres.
“A la industria electrónica le está pasando lo mismo que a la automotriz hace 20 años, en el sentido de interrogarse cómo deberían hablarle a la mujer”, detalló Katherine Rizzuto, editora de la revista Marie Claire.
Rizzuto pone el ejemplo de su hija, de diez años de edad, que está realmente cómoda con todo lo que represente la nueva tecnología, y que será sin duda la consumidora de mañana: “Es tiempo de empezar a hacer algo en esa dirección ahora mismo, porque puede significar la diferencia entre ganar y perder mucho dinero”.
De acuerdo con la encuesta, las mujeres están reclamando tres cosas muy concretas: un alto surtido de artículos, gente de ventas que sea clara y atenta, y comercios sin multitudes de gente en su interior.
Pero nadie cree que esta cuestión vaya a resolverse de la noche a la mañana. Los cambios, si empiezan a producirse, serán sumamente lentos. “Lo que pasa actualmente está en el ADN de esta industria, y no será fácil cambiar las reglas de juego”, razonaba un analista al culminar el encuentro de Las Vegas.
En dicho foro, todos los delegados escucharon apelaciones de que la mujer debería ser tratada con respeto por las empresas que venden artículos como cámaras fotográficas digitales o reproductores de MP3.
En realidad, la industria tecnológica está ansiosa por entrar de lleno en el mercado femenino, ya que en los Estados Unidos la mujer gasta anualmente alrededor de 50 mil millones de dólares en ese tipo de aparatos.
Según Laura Heller, editora senior de la revista DSN Retailing Today, “las mujeres constituyen un mercado enorme y mal servido de la industria electrónica. Faltan conocer muchas cosas de esta variante demográfica. Especialmente, averiguar cómo compran artículos tecnológicos, como los sienten en relación a su propia personalidad y, sobre todo, de qué manera las hace sentir la tecnología”.
Irritación
Los investigadores encargados por la CES detectaron que, en la mayor parte de los casos, las mujeres sienten irritación hacia los vendedores de ambos sexos, a quienes ven como poco amistosos y demasiado prepotentes.
Algunas, a pesar de que se consideran mujeres inteligentes y activas, sienten que en este tema se las hace sentir “tontas”. “Lo que más perciben es una total falta de respeto”, admite Dave Williams, vicepresidente de investigación y análisis de la cadena electrónica Best Buy.
“Se las ignora, o se las confunde por parte de los vendedores de los comercios. Y si no se las respeta, todo el esfuerzo que se hace para captarlas termina yendo a la basura”, agrega el experto.
Según el estudio, casi la mitad de las mujeres prefiere ir a comprar este tipo de artículos junto a un hombre, porque creen que de esa forma serán mejor tratadas por los vendedores. Las mujeres más jóvenes respondieron que a menudo se dirigen a ellas como “simples idiotas que no saben lo que están pidiendo”.
Compradoras jóvenes
Las que se sienten más discriminadas, según la señora Heller, son las más jóvenes –el segmento de 18 a 24 años–, que han crecido con la tecnología actual y quieren realmente comprar esos productos. Se las discrimina por partida doble: por el sexo y por la edad.
“Las mujeres más jóvenes, que entienden de los adelantos, no quieren que alguien les explique someramente y sin profundidad cómo son los aparatos –señala Denise Yohn, experta de marketing de Sony Electronics–. Quieren enterarse de todos los detalles de cada producto”.
Muchos empezaron a reclamar ahora como imprescindible un training especial de la fuerza de ventas para interactuar correctamente con las mujeres.
“A la industria electrónica le está pasando lo mismo que a la automotriz hace 20 años, en el sentido de interrogarse cómo deberían hablarle a la mujer”, detalló Katherine Rizzuto, editora de la revista Marie Claire.
Rizzuto pone el ejemplo de su hija, de diez años de edad, que está realmente cómoda con todo lo que represente la nueva tecnología, y que será sin duda la consumidora de mañana: “Es tiempo de empezar a hacer algo en esa dirección ahora mismo, porque puede significar la diferencia entre ganar y perder mucho dinero”.
De acuerdo con la encuesta, las mujeres están reclamando tres cosas muy concretas: un alto surtido de artículos, gente de ventas que sea clara y atenta, y comercios sin multitudes de gente en su interior.
Pero nadie cree que esta cuestión vaya a resolverse de la noche a la mañana. Los cambios, si empiezan a producirse, serán sumamente lentos. “Lo que pasa actualmente está en el ADN de esta industria, y no será fácil cambiar las reglas de juego”, razonaba un analista al culminar el encuentro de Las Vegas.