Publicidad Latinoamérica

COLUMNA DE OPINIÓN

Las corrientes cambian, como las modas, pero la creatividad perdura

El VP de la Academia de la Publicidad, Miguel Daschuta, reflexiona acerca de la importancia de generar un mensaje con impacto, relevancia y recordación.

Las corrientes cambian, como las modas, pero la creatividad perdura
Miguel Daschuta: “Se invierte más en tecnología y menos en lo único que puede lograr la diferencia: la magia creativa de una agencia”.

Cada día hay más “medios”, más investigación, más tecnología y, por ende, una mayor diversificación en los presupuestos dedicados al marketing.

La tecnología, a través de la investigación, nos permite saber y entender más sobre el consumidor.

Se le pregunta constantemente qué desea, qué le gusta, cómo ve el futuro, si está bien hoy, qué contenidos prefiere, etcétera. Y también cómo quiere que las marcas se comuniquen con él.

Todos tratan de saber más.

Preguntan más o menos lo mismo y, al final, obtienen respuestas similares.

Se invierte mucho dinero en tecnología y en todo su ecosistema, intentando, a partir del análisis de datos, dar con la planificación y la estrategia ideal para obtener buenos resultados.

Pero, cada vez hay menos presupuesto destinado a aquello que realmente puede marcar la diferencia y alejarse de “lo mismo”: talento, capacidad y creatividad.

Comunicación y publicidad

No se trata solo de vender.

Se trata de construir o mantener, una imagen que genere confianza en lo que ofrece la marca.

Para ello la publicidad tiene que brindar un mensaje memorable, que deje huella.

Impacto y relevancia

El mensaje debe captar la atención, ser atractivo y relevante en un universo de medios saturados de contenidos.

Y en este caos, casi todo gira en torno a una supuesta única pantalla: el celular.

Sin embargo, lo que vemos en la práctica son mensajes que ni siquiera logran ser recordados. Ni la marca ni su contenido, mensaje.

No construyen marcas, nada.

Se diluyen entre miles de mensajes y, muchas veces, ni siquiera venden.

Son mensajes rápidos, superficiales, promocionales: 2x1, 25% de descuento, el último día del mes.

Todo se mezcla en un mar de ofertas:

- Lunes con descuento en un producto, martes en otro, miércoles en otros...

- Las tarjetas, los pagos digitales, las plataformas...

Un caos descomunal.

¡Socorro!

El consumidor, mareado, trata de aprovechar lo que puede, mientras recibe un bombardeo constante de mensajes por correo, WhatsApp, redes sociales.

Todo pasa rápido, sin pensar demasiado.

Y, en este contexto, las marcas parecen haber olvidado lo esencial: generar un mensaje con impacto, relevancia y recordación.

El valor de la creatividad y del talento

Ante este panorama, ¿la solución es más dinero para investigar y analizar al consumidor? ¿Realmente quiere algo diferente?

Se invierte más en tecnología y menos en lo único que puede lograr la diferencia: la magia creativa de una agencia.

¿Por qué una agencia?

Porque es en ese espacio mágico donde se encuentran los verdaderos talentos.

Las agencias tienen la capacidad de atraer a los mejores creativos, los que logran que una marca destaque en medio del ruido.

Los publicitarios

Mi recomendación

Inviertan en las agencias y déjenlas volar.

El talento creativo no solo vende; construye marcas sólidas, memorables y duraderas.

Marcas que trascienden

Hoy parece que las marcas que se construyen a lo largo del tiempo han perdido valor.

Todo se mueve rápido.

Se destruyen y se crean nuevas, como si fueran descartables.

¿No sería más sensato fortalecer las marcas ya reconocidas en lugar de intentar con otras nuevas?

¿No es mejor invertir en consolidar lo que ya funciona?

Para reflexionar

Este texto nace de la necesidad de repensar cómo estamos haciendo las cosas.

Espero que estas líneas sirvan para inspirar una reflexión, incluso si van en contra de la corriente.

Porque las corrientes cambian, como las modas, pero la creatividad perdura.

¿Y la IA?

Fantástica, sin duda.

Sobre esto, ya escribimos un artículo con colegas profesionales que fue publicado en la página de la Academia Argentina de Publicidad.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

Compartir