—A casi tres semanas de la declaración oficial de cuarentena obligatoria en Colombia, ¿cómo evalúan el proceso de reacción de la agencia?
—La evaluación es buena. Lo esencial fue tener las prioridades claras. En primer lugar, nuestra gente, su bienestar y facilitar las condiciones para que se sintiera respaldada. Después, entender que este dejó de ser el año para crecer o para exceder nuestras metas. Finalmente, enfocarnos en nuestros clientes actuales. Sin dudas, una conclusión positiva fue darnos cuenta de que somos capaces de trabajar desde las casas con la misma productividad. Si me lo hubieran preguntado antes, posiblemente hubiera dicho que nos iba a costar mucho más trabajo.
 
—En relación al trabajo en casa, ¿cuáles creen que son los pros y los contras?
—Desde mi punto de vista, trabajar con equipos multidisciplinarios ubicados en diferentes lugares del mundo, por medio de software, es algo que muchos hemos hecho en nuestras carreras y algo muy frecuente en un network grande como Wunderman Thompson, así que tampoco es algo demasiado nuevo. No obstante, para los que no lo habían hecho es una experiencia que aporta en los procesos de transformación cultural a los que estamos siendo expuestos de manera acelerada. Destacaría también que empodera a los equipos, es un voto de confianza y responsabilidad que nos exige ser profesionales sin tanta supervisión. Otro aspecto positivo tiene que ver con la posibilidad de reunir a un número de personas antes impensado. Sí, acaso, teníamos 30 o 40; ahora ver a 150 o más conectados en la misma discusión es algo a destacar. Los contras por el momento los veo más en los procesos de producción de campo o ejecuciones en los puntos físicos, algo lógico para el contexto en que estamos.
 
—¿Cómo está el negocio? ¿Qué están pidiendo las marcas?
—El contexto global y local cambia rápidamente, por lo que todavía es prematuro decir cómo estamos. Lo que sí hemos visto es que, así como hay industrias que se han visto afectadas, hay otras que están viendo oportunidades. En ambos casos, las acciones de comunicación las estamos manejando con respeto y sentido común. Desde la primera semana lo que hemos hecho es abordar a nuestros clientes con un framework, que desarrollamos en conjunto con varias oficinas de la red, que tiene como objetivo proyectar el impacto que tiene Covid-19 en un escenario de recuperación de dos meses, de seis meses y hasta enero de 2021. En función de estos posibles casos, preparamos hipótesis que iremos despejando conforme nos enfrentemos a cada instancia.
 
—Ante este panorama mundial, ¿se puede pensar en el día después?
—¡Se debe! Yo, en particular, soy una persona optimista. El tema es que el día después lo tenemos que pensar a partir de la experiencia que estamos viviendo y las nuevas condiciones de vida que podríamos enfrentar. No lo digo de manera apocalíptica: sencillamente la reconfiguración del modo en que hacemos las cosas sería un resultado lógico de seres humanos que aprenden a partir de su contexto. Ahora, sin dudas para nuestra industria es un reto complejo que la economía se perciba amenazada, porque las personas sólo están comprando lo necesario. Así las cosas, no me parecería absurdo repensar nuestros modelos. De esto se pueden interpretar nuevos segmentos vulnerables: aparecen nuevos puntos clave en los circuitos de experiencia y más situaciones que nos invitan a transformar lo que hacemos como agencias.