¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Es enamorarse porque es algo que uno siente. Igualito que se siente cuando hay una buena idea. Por más que haya fórmulas, libros o charlas: una buena idea es algo que se siente. Y necesita ser sentida para poder prosperar, porque necesita ese combustible para que llegue a su destino, para que sea creada y para que sea vista y disfrutada. Y porque, además, las ideas que no se sienten tampoco llegan a ser sentidas por quien las recibe.
¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
Aprendí que la mejor publicidad es la que dice algo que al otro le importa; que uno nunca sabe cuándo una idea es, pero siempre sabe cuándo una idea no es; que hay que hacer siempre la publicidad que a uno le gustaría ver.
¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
A favor, que puede hacer más fácil y rápido ciertas tareas. Y eso optimiza los tiempos para consagrar la palabra “eficiencia”. En contra, que entre tanta eficiencia se pierda el ocio, la artesanía, el buscar sin saber qué se quiere encontrar.