Adlatina: ¿Cuál era el brief?
Guido Donadío: Lanzar Popeyes en México de una manera que traccionara con la cultura local y al mismo tiempo hiciera sentir a los consumidores la vibra del ADN de la marca.
A: ¿De dónde surge la idea para la campaña?
Sebastián Regiani: La campaña surge de una alegre coincidencia. El Chapulín Colorado es un personaje que empatiza con todos nosotros. Un ícono mexicano por excelencia, pero también conocido globalmente, y que a su vez representa la misma vibra que Popeyes. Ambos buscan llevar un mensaje relacionado al amor y la diversión; y comparten algo único: la “CH”. En uno significa “CHapulín”, y en el otro significa “CHicken”. Entonces, ¿por qué no apalancarse de esta afortunada coincidencia para resignificar la “CH” y transformarla en el ícono del amor al CHicken?
André Pranckevicius: La idea surgió después de una inmersión con la marca y la cultura mexicana. Nuestra intención fue comunicar el pollo más amado del mundo e infiltrarlo a la cultura mexicana de una manera icónica. Y quien más icónico que el Chapulín Colorado, un héroe del día a día, que con mucha felicidad, positividad y humildad ayuda a la gente a solucionar sus problemas con una personalidad muy alineada con la marca de Popeyes. Y al mirar en su identidad visual con el CH dentro del corazón todo se conectó. No solamente teníamos un fit en personalidad, sino también en identidad visual.
A: ¿Cuáles son las expectativas con respecto al desembarco de Popeyes en México?
GD: Las expectativas son altas. Afortunadamente la gente ha conectado con el mensaje y también con el producto de calidad que ofrece Popeyes, lo cual hace que nuestro trabajo sea mucho más sencillo.
AP: La expectativa es abrir centenares de Popeyes en México y poder servir a los mexicanos el pollo más amado del mundo.
A: ¿Cuál consideran que es la clave para diferenciarse de la competencia?
SR: El producto es el elemento fundamental que hace total diferencia, ya que es de la más alta calidad. Y desde un punto de vista comunicacional la clave es la empatía, ligada al joie de vivre (alegría de vivir), que hace único a Popeyes.
AP: La clave es nuestro producto, y ese es nuestro foco. Nuestro producto es completamente diferente, pues es marinado por un mínimo de doce horas en especias de Louisiana, preparado a mano, y usando técnicas culinarias que hace que sea crujiente por fuera y suculento por dentro. Con opciones picantes y acompañamientos deliciosos. Es por esto que somos amados por chefs con estrellas Michelin, celebridades y amantes del pollo.
A: La agencia trabajan con Popeyes desde hace tres años en los Estados Unidos. ¿Cómo es la relación?
GD: La marca ya lleva tres años trabajando con la oficina de Miami y juntos han encontrado un tono y una manera de hacer comunicación muy propios. Desde México hemos mantenido un diálogo, tanto con Popeyes como con la oficina de Miami, lo que nos ha ayudado a comprender rápidamente a la marca. Esto ha sido clave para reinterpretar la comunicación y hacerla vivir en un contexto cultural diferente, dando como resultado la traducción del claimI love that chicken de los Estados Unidos en el I love CHicken mexicano.
A: La marca trabaja con Gut desde hace tres años en los Estados Unidos ¿Cómo es la relación?
AP: Popeyes tiene una gran relación con Gut, pues ellos tienen un conocimiento completo del posicionamiento y la personalidad de la marca. Esto hace que creen campañas completamente alineadas con nuestros objetivos.
LAS PIEZAS