-¿Qué le interesa sumar a la conversación dentro del festival El Sol?
-Colaborar para hacer el mejor palmarés posible. Entender los problemas y las soluciones. Debatir, ver otros puntos de vista, entender que no hay verdades absolutas. Escuchar y ser escuchado. Inspirar, ser inspirado y aprender lo máximo posible de la experiencia.
-¿Qué buscará en los trabajos que juzgue?
-La envidia será el termómetro. Sentir que tú podías haber encontrado ese punto de vista, esa plataforma o esa ejecución original, pero fue otro. Sentir que realmente va a influir en el público, que va a vender y que está comunicado desde un punto de vista único y relevante. Algo que a nivel tecnológico abra nuevos caminos, que me emocione, y que vaya más allá de la comunicación. En fin, creo que todos en el jurado vamos a buscar sorprendernos e inspirarnos.
-¿Qué considera que distingue al Festival El Sol del resto de los festivales?
-Cuando un festival llega a los 34 años se convierte en un referente de manera natural. Si ha estado ahí durante todo este tiempo significa que ha sido y sigue siendo necesario. Personalmente le tengo un gran cariño y respeto a este festival. Creo que el cambio de sede es un acierto, al igual que los ponentes. Tengo muchas ganas de estar ahí en Madrid junto con el resto del jurado.
-¿Cómo se preparan desde su agencia para El Sol?
-La mejor manera de prepararse para un festival es el día a día, buscando oportunidades donde se resuelven problemas de comunicación o de negocio. Yendo de la mano con tus clientes para llegar a algo diferente, que genera conversación, que te haga comprar, que te haga querer estar cerca de esa marca, y que te genere una fidelidad. Si procuras buscar lo mejor todos los días, al final del año acaban apareciendo esos trabajos brillantes.