Desde la semana pasada, el Museo de la Moda de París acoge una cuidada réplica del estudio del diseñador japonés Yohji Yamamoto. El espontáneo caos de montones de papeles, muestras y libros que llenan su habitáculo se ha reproducido con todo detalle junto a todas las estancias que conforman su taller de Tokio, con el propósito de mostrar el proceso creativo de la manera más fidedigna posible.
El taller, el lugar donde nacen sus creaciones en forma primero de esbozos y de patrones después, es el punto de partida de la exposición Juste des vêtements, que tiene el objetivo de mostrar el proceso de creación de una colección desde la recopilación de ideas hasta que la pieza se convierte en algo físico, listo para desfilar en pasarela. Natalie Ours, vocera de Yamamoto dijo al respecto: “Queríamos sorprender al público y mostrarle todos los pasos, desde la elección de materiales hasta el diseño final”.Otro de los aspectos interesantes que hacen de esta una exposición algo diferente es que, por primera vez, a pedido expreso del diseñador, el museo permite a los espectadores tocar algunos de los conjuntos expuestos. “El tacto es el valor más importante de mi ropa. (…) En muchas ocasiones empiezo colecciones diciéndome que el tacto es muy importante: tacto suave, tacto duro, tacto extraño”, dijo Yamamoto.
Esta primera parte se completa con la proyección en pantallas de más de diez horas de desfiles; del filme sobre el diseñador que filmó en 1989 Wim Wenders, y de material fotográfico de diversa índole.
En el segundo piso de la exposición sus vestidos, expuestos junto a algunos clásicos de Chanel, Christian Dior, Balenciaga, Madame Grès y Elsa Schiaparelli, toman el protagonismo en un interesante fondo de luces de neón, obra de Masao Nihei.
La retrospectiva, que se podrá visitar en París hasta el 28 de agosto, es una cita ineludible para aquellos que quieran conocer de cerca el universo personal de Yamamoto y que quieran ver cómo es el proceso creativo de un diseñador.
