Cuenta el Pana:

“Ella es una de las publicistas y empresarias más influyentes de México, creadora de campañas icónicas como Soy totalmente Palacio y fundadora de Olabuenaga Chemistri, una agencia que en su momento se convirtió en la más efectiva del país y que luego vendió a Publicis para fundar la consultura Olabuenaga & Cuchí. De hecho en esa conversa sabrosa que tuvimos esa noche me contó cómo tomó la decisión de vender”.

“Platicamos también de la falta de empatía y compasión en redes sociales, que por cierto es el tema principal de su libro Linchamientos digitales, que créanme hay que leer”.

“Estuvo bueno también oír de primera mano cómo fue el detrás de bambalinas cuando el presidente de México salió públicamente a decir que no aprobaba la campaña de Quédate en casa”.

“Hablamos también de política, porque es un tema que nos gusta y del que ella escribe siempre en su columna de opinión en Milenio”.

“Y me terminó contando cómo nació un famoso título que le puso uno de los grandes cronistas y ensayistas mexicanos”.

“Bueno, ahí estamos, prepárense ciudadanos, se acabó lo que se daba. El menú de hoy son unos suculentos Apperol Spritz al vino blanco macerados lentamente con unos hielos interminables que hacen que el reloj pase en cámara lenta. Así que apúrense a buscar el suyo, que esto está por comenzar, porque ella es Ana María Olabuenaga”.

PARA ESCUCHARLO: El Martínez #34: Ana María Olabuenaga. El cambio epocal y el escroleo antiempatía.