KesselsKramer, una de las agencias holandesas más famosas del mundo, tiene sus oficinas en una vieja iglesia de Amsterdam, símbolo del espíritu que sus fundadores, Erik Kessels y Johan Kramer, quisieron darle en un comienzo. En una época en que todas las agencias se mostraban lujosas, Kessels explicó en una reciente entrevista que lo suyo fue diferenciarse.
Charlando con el medio 99U, la revista de Adobe especializada en creatividad, Kessels señaló que en un comienzo quería ser vidrierista, puesto que era el trabajo más creativo que imaginaba. Luego de un breve paso por la profesión (y una gran desilusión), decidió estudiar pintura y artes aplicadas, lo que lo llevó a meterse en el mundo publicitario y editorial (con KesselsKramer Publishing). Por lo tanto, eso, según él, fue uno de los “valiosos errores” de su vida. Errores que no sólo acepta, sino que también recibe con los brazos abiertos: incluso publicó el libro Failed it! (¡Qué desastre! en español), de la editorial Phaidon, en el que explica por qué los errores son vitales para el proceso creativo.
“Para llegar a una idea, muchas veces hay que realizar errores deliberadamente en tu cabeza —dijo el creativo a 99U—. En la creatividad hay que tomar el camino equivocado”. Según él, para tener “ideas brillantes” es necesario equivocarse y dejarse ser vulnerable, aceptar que la perfección no se encuentra al comienzo del camino. “La tecnología apunta a la perfección, cosa que está bien, pero muchos creativos lo usan de manera equivocada. Piensan que es su punto de partida”, sentenció Kessels. En sus palabras, a pesar de que sentarse en la computadora a pensar una idea, también sirve pasear por la calle, escuchar una conversación o mirar algo por fuera de nuestras disciplinas.
En la opinión de Kessels, el éxito de la agencia se debe a que mantienen “ciertos estándares a la hora de trabajar”. Muchas veces cortaron relaciones con clientes debido a que sus objetivos no estaban alineados o no compartían la ética de trabajo. Uno de los ejemplos más significativos de los trabajos que KesselsKramer realizó fueron I Amsterdam, para la ciudad de Ámsterdam, y su primer trabajo para el hostel Hans Brinker Budget Hotel, con el que siguen colaborando al día de hoy. Este consistió en un poster humoroso en el que mostraban todo lo que no estaba incluido entre los servicios del hotel. “Un gran basurero”, como lo describió Kessels a la revista de Adobe.
Entre sus expectativas para el futuro, Kessels se entusiasmó por los cruces que se vayan a dar entre las distintas disciplinas publicitarias. “Ahora ves que cuando los estudiantes están en las escuelas de arte ya han probado con varias disciplinas antes de graduarse, como fotografía, diseño gráfico e ilustración”, explicó.