“Eva. Santos. Global. Chif. Creátiv. Óficer. Proximity. Uoruáid. Desayuno. Churritos. Madrid. Cena. Quatro staggioni. Nápoli. Toy aquí. Pero me voy. Mítin. Shanghai. Porque soy global. Chif. Creátiv. Proximity. Uoruáid”: la locución de Eva Santos mientras el que habla es su ombligo parece delirante y lo es. Porque la propuesta de El Sol, gracias a la creatividad de Tiempo BBDO y la dirección general creativa del eterno Siscu Molina, es justamente dejar de mirarse el ombligo y ver más allá de la publicidad. Un concepto que queda más claro aún cuando el que empieza a hablar es el ombligo de Chacho Puebla: “¡Hola! Soy Chacho Puebla y esta es mi panza. Bah, no es que sea mi panza, hablo como una panza. Para explicar el brief. Como esos anuncios de Domino’s Pizza, ¿no?, los de Barton Graf, pero solamente que esto es una panza. La panza, si la mirás bien, parece un poco la panza del Grand Prix de Cannes, ese del 93 que ganaron Marcello Serpa y Nizan Guanaes, aunque la boca se parece un poquito a la de las pelis esas de Mamá Lucchetti, las que hizo Madre, que ahora la agencia se llama La América, que era la agencia anterior de Mother, donde trabajaba Carlos Bayala en Londres, que antes laburó en Wieden + Kennedy, que es la agencia de Nike...”. La historia sigue y se va haciendo cada vez más absurda y ombligosa.

Con Pep Àvila detrás de cámara para la productora Oxígeno, los comerciales tuvieron a Tomás Ferrándiz como director creativo ejecutivo, a Eva Crespo y Dani Balbás como supervisores creativos, a Marc Solé como director de arte y a Albert Picanyol como redactor.