La guía que acaba de publicar el Consejo de Autorregulación Publicitaria, publicada en el vigésimo aniversario de la entidad, está pensada, por un lado, para los anunciantes y las agencias de todos los organismos que lo componen como socios: Agencias Argentinas (AA), Cámara Argentina de Anunciantes (CAA), Cámara Argentina de Agencias de Medios (CAAM), Consejo Publicitario Argentino y Unión de Agencias Interactivas (Interact). Pero no se termina ahí su búsqueda, sino que apunta también a los demás actores de la industria, es decir los consumidores, el público en general y los institutos de enseñanza con carreras vinculadas a la actividad.
La autorregulación publicitaria refiere al ejercicio responsable de la libertad de expresión comercial. En otras palabras, según explica el comunicado oficial, “las marcas deben tomar ciertas medidas al momento de comunicar con el objetivo de cumplir la normativa legal vigente, evitar el uso de estereotipos negativos, transmitir mensajes veraces y competir limpiamente”.
Mediante la autorregulación publicitaria, las empresas asumen la responsabilidad social en cualquiera de sus piezas comunicacionales y, a su vez, cuidan la reputación y protegen la inversión realizada, lo cual evita conflictos al momento de encontrarse la campaña en difusión.
En palabras de Fernando Hofmann, presidente del CONARP, “en un contexto en que las personas demandan cada vez más transparencia y sustentabilidad a las empresas, y en que las críticas en redes sociales pueden viralizarse en tiempo real, queremos reforzar la importancia de que todos los profesionales de la industria adopten proactivamente la práctica de la autorregulación. Es una valiosa herramienta para desarrollar una comunicación comercial responsable”.
En la Argentina, el Código de Ética y Autorregulación Publicitaria detalla los principios generales que definen a una publicidad responsable: “Legalidad (respeto por la ley), veracidad (respeto por los consumidores), lealtad comercial (respeto por la competencia) y decencia (respeto por las personas)”.
Por eso la autorregulación también se ejerce de forma colegiada mediante organismos privados cuyas autorizaciones están vigentes gracias al aval representativo de la industria, que promueve la adopción de códigos de buenas prácticas profesionales y funciona de forma complementaria a la normativa legal vigente de cada país.
El documento (embebido al final de esta nota) funciona como guía al momento de definir estrategias de comunicación comercial y habilita al CONARP a analizar aquellos casos que puedan representar conflictos o impactos negativos en la comunidad.
EL PDF