La inteligencia artificial generativa (IAG) emerge como una de las herramientas más innovadoras y transformadoras en la creación de contenido publicitario. Su capacidad para personalizar mensajes, optimizar procesos y generar eficiencia económica ha captado la atención de los marketers. Sin embargo, su implementación enfrenta desafíos importantes que podrían limitar su impacto en la industria.
De acuerdo con el informe Marketing Trends 2025, elaborado por Kantar División Insights, el 68% de los profesionales del área mantiene una percepción positiva sobre el potencial de esta tecnología, mientras que el 59% se muestra entusiasmado por aplicarla en campañas publicitarias. A pesar de este optimismo, el 36% de los marketers reconoce no contar con la capacitación necesaria para aprovecharla eficazmente. Además, el 43% de los consumidores manifiesta desconfianza hacia los anuncios generados mediante IAG, lo que evidencia una brecha significativa entre las expectativas del sector y la percepción del público.
“Estamos en una etapa donde la innovación debe ir acompañada de responsabilidad —mencionó Sergio Jiménez, new business director en Kantar Insights—. Si las marcas quieren aprovechar las ventajas de la inteligencia artificial generativa, deben asegurarse de que sus equipos estén preparados y que el público entienda el valor que esta tecnología aporta a su experiencia”.
Para superar estas barreras, es esencial priorizar la confianza y la transparencia, agregó Jiménez. Capacitar a los equipos internos en el manejo de la tecnología y establecer un diálogo abierto con los consumidores son pasos fundamentales. Un ejemplo destacado es Instagram, que ya utiliza etiquetas para identificar contenidos generados por IA, una iniciativa que reduce la percepción de engaño y refuerza la autenticidad del mensaje.
Otra estrategia clave consiste en involucrar activamente a los consumidores en el proceso creativo mediante herramientas de cocreación, al permitirles personalizar aspectos de los anuncios según sus preferencias. Además, comunicar de manera clara cómo la IA optimiza su experiencia —como al ofrecer recomendaciones más precisas o resolver necesidades específicas— puede mejorar la percepción positiva de esta tecnología.
También es crucial establecer estándares éticos sólidos para el manejo de datos y garantizar su cumplimiento estricto, para reforzar así la seguridad y el valor percibido por los clientes.
De cara al futuro, se proyecta un aumento significativo en el uso de la IAG, impulsado por normativas más estrictas y mayores expectativas de los consumidores. Sin embargo, este crecimiento dependerá de que las empresas enfrenten de forma proactiva los desafíos actuales.