La historia de Nike y el deporte están unidas prácticamente desde un principio. Es archi conocida la historia de Phil Knight, creador de la marca en la década de los ’70 del siglo pasado, intentando convencer a Magic Johnson -en esos tiempos la figura creciente de la NBA e integrante de Los Angeles Lakers- para que representara a la nobel Nike. No lo logró, pero años después quién sería el mejor basquetbolista de la historia, Michael Jordan, catapultó la marca.

Nike, desde entonces, dominó el deporte en todas las disciplinas. A fines de los noventa la aparición fulgurante de Tiger Woods elevó al golf a otro nivel de masividad. Tiger y Nike fueron una dupla tan intensa y exitosa como la de Jordan y Nike. Pero, desde hace unos años, las lesiones, desacoples personales y los años alejaron a Tiger de los primeros planos. Además, en post pandemia el mejor jugador de golf de todos los tiempos comenzó a promover su propia marca.

Nike siguió apostando al golf sin una figura descollante hasta ayer, cuando Rory McIlroy alcanzó finalmente la gloria que lo eleva a la categoría de leyenda al obtener el Máster de Augusta. El último gran torneo que le faltaba obtener para alcanzar el Grand Slam. Es decir, los 4 torneos más importantes del mundo del golf.

Y allí estuvo presente Nike apoyando a su nueva figura descollante. La de Rory es una historia de perseverancia y calidad. Luego de 10 años sin ganar un gran torneo, cuando a sus 35 años y luego de varias frustraciones finalmente lo alcanzó. Comienza una nueva historia de Nike, Rory y el golf.