Alejandro di Trolio, ECD de Cheil España, dialogó con Adlatina sobre la campaña Tallk que la agencia creó para Samsung España y que se llevó tres leones, dos de oro y uno de plata, en la última edición de Cannes Lions.
La campaña ganó dos oros, uno en la categoría Pharma y otro en Brand Experience & Activation, además de un plata en Mobile.
Tallk esun proyecto que se engloba en el manifiesto #TecnologíaconPropósito de Samsung, que quiere ayudar a “dar voz” a los pacientes diagnosticados con ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica).
La herramienta gratuita convierte cualquier cámara de un smartphone o tableta Samsung en un rastreador de movimiento ocular con la capacidad de convertir los pequeños gestos de las pupilas en palabras y acciones, lo que permite a las personas que padecen esta enfermedad seguir comunicándose con su familia y amigos y controlar los servicios y dispositivos conectados.
−¿Qué representa ganar dos oros en Cannes Lions, luego de un año tan difícil para la industria?
−Es un soplo de aire después de tantos meses conteniendo la respiración. Han sido meses muy retadores para todos, en que la paciencia y la perseverancia fueron las únicas recetas para combatir todo lo que nos trajo el coronavirus. Ganar un oro es un “continúa” en una carrera de fondo llamada publicidad.
−¿Cuál considera que es la clave del éxito de la campaña?
−Que es real. Tan simple como eso, hemos detectado un problema y con la tecnología y la creatividad hemos intentado poner nuestro grano de arena para ayudar a solucionarlo. El segundo punto de valor de la campaña es que llegó en un momento en que la interacción para un colectivo como los pacientes de ELA era vital. Poder interactuar con el mundo en una época así y con las limitaciones de la enfermedad fue para ellos un cambio radical en sus vidas.
−¿Cómo fue elaborar una campaña sobre un tema tan sensible?
−Muy duro. La ELA es una de las enfermedades más crueles que he visto en mi vida y al tratar un tema así, en que la esperanza de vida es tan limitada, es muy complicado. Debes ser muy respetuoso y tener mucho tacto a la hora de pensar ideas o estrategias. Afortunadamente, en Cheil no estábamos solos: la Fundación Luzón nos ayudó mucho durante todo el proceso. Sin ellos hubiera sido imposible.
EL CASO