Por Adriana Pineda
Directora de Untold Colombia
Sin dudas, la situación que vivimos como humanidad requiere atención inmediata y cooperación de todos. Pero debido a la gravedad de la situación ¿nos estaremos dejando absorber por el presente y se nos olvidó que va a haber futuro? Porque va a haber futuro; diferente del que pensábamos, pero va a haber.
Los medios tradicionales han recuperado la atención. En medio del confinamiento y de la búsqueda de información verídica, las personas recurrimos a los noticieros para aliviar la angustia que alimentan las redes sociales y su avalancha de fake news, así como la insistencia de amigos que aumentan el pánico y no dejan de compartir los mismos temas una y otra vez. La información se concentra en asuntos como contagios, muertes, protocolos de higiene y comportamientos de aislamiento. Algunas personas en redes sociales ya claman para que cese la información sobre lo mismo, que se moderen los avisos de venta de tapabocas y que se revise detenidamente la fuente de lo que se comparte.
Omar Rincón, profesor de artes y humanidades de la Universidad de los Andes, dijo recientemente que el virus vive feliz en los medios de comunicación porque se convirtió en el nuevo fútbol: los noticieros anuncian cada contagiado y cada fallecido con el tono con que se anuncia un gol. Los noticieros extienden sus emisiones sobre los mismos temas, entrevistan a las mismas personas y así estamos en el mundo entero. Me pregunto si no deberíamos diversificar los temas y poner nuestra mente en otros lugares. Porque mientras atravesamos lo peor, también debemos cuidar nuestra salud mental.
Y en el mundo de las marcas, muchas están concentradas en comunicar lo mismo, otra vez: cómo lavarse las manos y protocolos de aislamiento. Otras, anunciando que detienen su publicidad y ponen sus canales de comunicación al servicio de las instituciones de salud, no sólo contribuyendo al pánico de miles de personas que temen quedarse sin empleo por el debilitamiento de industrias relacionadas con la publicidad, sino contribuyendo a comunicar lo mismo. Lo que no es su principal responsabilidad, porque para eso están los noticieros.
Mientras todo esto sucede y el mundo se vuelve monotemático sobre un presente doloroso, es preocupante cómo se opacan no sólo otros temas importantes, sino uno fundamental: el futuro. Es difícil pensar en el futuro, porque no sabemos cuándo va a venir, ni cómo. Las probabilidades de que la cuarentena se extienda o vengan más cuarentenas hace más complejo imaginarlo. Del tiempo que estemos confinados depende que los países produzcan. Así que del tiempo que estemos en cuarentena depende en gran medida el empobrecimiento y el desempleo que tendremos que enfrentar más adelante. Pero no saber ni cuándo ni cómo viene el mañana no nos exime de pensar en él. Tenemos que hacerlo: las marcas tienen y van a tener un papel fundamental en ese futuro.
Para afrontarlo, necesitamos negocios y personas que se reinventen y poner en práctica temas nuevos y versátiles. ¿Qué pueden entonces hacer las marcas para contribuir al futuro? Y para eso, ¿qué mensajes y acciones le están entregando hoy a la sociedad?
Vamos a necesitar tomar conciencia juntos sobre lo que aprendimos y usarlo para volver a construir una sociedad sostenible. Necesitamos ocuparnos del presente, pero sin permitirle opacar el futuro, porque futuro va a haber y nos necesita reinventados. Que no se nos haga tarde para prepararnos.