En Inglaterra hay una suerte de descontento estético. No es un tema vinculado con la política, al menos directamente. Pero sí con el logotipo que lucirán los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El fastidio de la gente es tan grande que ya crearon una petición en el sitio Web Go Petition, que ya reclutó más de 42.900 firmas. En la petición expresa: “Nosotros, los firmantes, pedimos al Comité Olímpico de Londres que deseche y cambie el ridículo logo para las Olimpíadas de Londres
Incluso, en la página de
Según apareció en el Brand Republic, los políticos también han criticado la obra creada por Wolff Olins. El alcalde de Londres, Ken Livingstone, calificó al trabajo como “un fracaso”. Por su parte, Philip Davies, miembro del comité de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes, realizó una petición en
El logotipo, que tiene un costo estimado de £400,000 –casi el doble en dólares- le insumió a Olins más de un año de trabajo, y reemplazará al modelo anterior que destacaba las palabras “London
Hasta hace poco tiempo no se conocían opiniones de los organizadores de los Juegos Olímpicos, pero Lord Sebastián Coe, chairman de la organización londinense del Comité de los Juegos, se encargó de disipar las dudas sobre su opinión: “Esta es la visión en el alma de nuestro símbolo. Definirá las sedes que construyamos y los Juegos que celebraremos, y actuará como un recordatorio de nuestra promesa de utilizar el espíritu olímpico para inspirar a todo el mundo y atraer a la gente joven en todo el planeta. Es una invitación a participar y comprometerse”.
Por su parte, Jacque Rogge, presidente del IOC, sostuvo que fue “un logo verdaderamente innovador que captura gráficamente la esencia de los Juegos Olímpicos de Londres
Colin Grannell, vicepresidente ejecutivo del sponsor olímpico Visa, dijo que estaba encantado con el nuevo diseño, particularmente con la libertad dada para adaptar el logo a los colores propios de los sponsors. Así están las cosas a más de cuatro años de que empiecen los Juegos en Londres. Pero no es sorpresa tanta disputa: la imagen siempre fue esencial para los londinenses.