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EL ROL DEL PERIODISMO PARA UNA SOCIEDAD MÁS INCLUSIVA

En temas de inclusión, lo que no se nombra no existe

Tras analizar el doble rol de la comunicación como productora y reproductora de estereotipos, la columnista Natalia Biscione reflexiona sobre la importancia de no perder de vista la búsqueda por un periodismo inclusivo, que no sólo dé cuenta de las demandas y urgencias de la sociedad, sino que promueva y aliente esos cambios.

En temas de inclusión, lo que no se nombra no existe
La frase de la educadora Makota Valdima ejemplifica a la perfección de qué hablamos cuando nos referimos al lenguaje inclusivo: “No soy descendiente de esclavos, yo desciendo de seres humanos que fueron esclavizados”.

Por Natalia V. Biscione
Secretaria de redacción de Adlatina Magazine

 

Al tratarse de un problema estructural, la desigualdad de género se replica en todas las instituciones sociales, lo cual supone el principal obstáculo para alcanzar la universalidad de los derechos humanos.

En una nota anterior, en la que se debatió sobre las claves para una comunicación con perspectiva de género, se hablaba del doble rol de la comunicación como productora y reproductora de estereotipos de género.

El periodismo tiene un rol clave a la hora de lograr una sociedad libre de violencia de género y en la lucha por la igualdad. Los medios de comunicación construyen representaciones de lo femenino y lo masculino y, como creadores de realidades, pueden reproducir estereotipos de género que, al naturalizarse, pasan inadvertidos en el consumo de noticias. Pero también pueden romperlos.

En este marco, la labor periodística presenta un doble rol. Por un lado, dar cuenta de las demandas y urgencias de la sociedad, y por otro, asumir el rol de promover esos cambios sociales y alentarlos.

Lograr una mirada transversal incluye “evidenciar las desigualdades que existen entre las personas en base al género y buscar enfoques de derechos libres de estereotipos y de cualquier tipo de discriminación u odio”, como apunta la periodista Laura Loncopan Berti, que se desempeña como editora de género. Esta mirada “atraviesa todas las secciones y tiene que ver con romper de alguna manera la perspectiva que ha guiado al periodismo tradicionalmente, que ha sido androcéntrica y ha puesto al varón como medida de todas las cosas”.


La misión del periodismo

Al referirse sobre hacer referencia a la misión del periodista como partícipe del desarrollo de la sociedad, Bill Kovach y Tom Rosenstiel sostienen que “el propósito principal del periodismo es proporcionar a los ciudadanos la información que necesitan para ser libres y capaces de gobernarse a sí mismos”. En su libro Los elementos del periodismo advierten además que aquello que los periodistas comunican ayuda a “definir la comunidad y a elaborar un lenguaje y un conocimiento compartidos basados en la realidad”.

Por su parte, Robert White destaca el papel crucial del periodismo en la formación de instituciones del sistema democrático de gobierno y de la sociedad democrática y, como asegura en Comunicar comunidad, “ser un buen periodista no es simplemente saber cómo escribir, sino planificar cada artículo para que pueda contribuir a construir una mayor igualdad, mayor libertad, mayor justicia”.


Debates en torno al lenguaje inclusivo

De acuerdo con la definición de la Unesco, “el lenguaje no es una creación arbitraria  de la mente humana, sino un producto social e histórico que influye en nuestra percepción de la realidad. Al transmitir socialmente al ser humano las experiencias acumuladas de generaciones anteriores, el lenguaje condiciona nuestro pensamiento y determina nuestra visión del mundo”.

Está claro que el lenguaje no es sólo una cuestión de palabras, sino también de poder. Pero no estamos hablando de algo estático. Como reflejo de las sociedades, también admite cambios y permite transformar realidades y transformarse. Evolucionar.

A pesar de que la norma del español dice que “el masculino es el género no marcado, sobre todo si se usa en plural, lo que quiere decir que incluye a las personas de ambos sexos”, el uso del masculino universal produce imágenes mentales masculinas. Las mujeres aprenden a no ser nombradas.

Si bien la Fundación del Español Urgente (Fundeu) considera que la ausencia no equivale necesariamente a la invisibilidad, advierten que muchos hablantes sienten que, para recoger convenientemente este hecho, el llamado masculino genérico se queda corto. Al respecto, desde la entidad sostienen: “Es cierto que, si lo que se quiere es dar una imagen más representativa de la realidad y, sobre todo, hacer la realidad más inclusiva, el lenguaje es una de las herramientas más eficaces. Darle nombre a lo que queremos que exista, a lo que queremos identificar, fomentar y cuidar. Nombrar es siempre uno de los primeros pasos y lo es precisamente porque posibilita el reconocimiento que está en la base misma de la existencia”.


Más allá del “todes”

En el marco de un programa de capacitación llevado a cabo por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y la Iniciativa Spotlight, la periodista Silvina Molina ―coordinadora de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género y editora de Género y Diversidades en Télam― se refirió a la perspectiva de género en las noticias, al uso del lenguaje y de las coberturas respetuosas de los derechos de las mujeres y las personas de la diversidad.

Molina partió de la base de que “el género está en nuestra cabeza y no en nuestra genitalidad, ya que es algo que se va construyendo a lo largo de la vida”. A lo cual agregó: “El periodismo patriarcal es un sistema. El sexismo es una ideología que transmitimos que tiene que dejar de ser machista. Se trata de reaprender, de abrazar los nuevos movimientos, prestar atención a las tendencias. De evaluar la misma realidad desde distintas miradas: todos los temas, todas las secciones. Y de tener en cuenta que en el contexto actual trabajamos con audiencias activas, que expresan su opinión”.

Además, hizo hincapié en que el lenguaje inclusivo es una construcción colectiva y que periodismo inclusivo no es sinónimo de periodismo para mujeres.

Hacer periodismo con perspectiva de género va más allá de las modificaciones del lenguaje. Se trata de escuchar a las mujeres al igual que a los hombres. Hacerlas visibles, darlas a conocer. Incluir voces académicas que contemplen la diversidad de género. Ilustrar los textos con imágenes que no sean sexistas, que no reflejen la desigualdad de género con roles estereotipados. Revisar el uso de los colores.

Tener en cuenta el sonido a la hora de elegir las voces de los videos o de otras aplicaciones. Lo mismo cuando hay que musicalizar. Segregar los datos por género si es relevante hacerlo, y, sobre todo, no contribuir a reforzar imágenes estereotipadas de mujeres y de hombres.

Las marcas de género de las palabras tampoco son la única forma de visibilizar a las mujeres.

Al respecto, Molina puntualizó que referirse al lenguaje inclusivo va más allá de hablar de todos, todas y todes. Y para ejemplificarlo citó una frase de la célebre educadora Makota Valdima: “No soy descendiente de esclavos, yo desciendo de seres humanos que fueron esclavizados”.

El debate en torno al lenguaje está abierto. Las posiciones son radicales (para un lado y para el otro), pero también hay un amplio abanico de grises en el medio.

“Cuando la mayoría de los hablantes en su día a día, con naturalidad, entienda que el femenino es más adecuado que el masculino en algunas situaciones y lo emplee así estaremos ante un fenómeno mayoritario ―explica la Fundeu―. Este uso del femenino será un consenso tácito en la mente de los hablantes. Y entonces la gramática académica, notaria de la lengua, previsiblemente registrará que el masculino ya no es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto”.

Los cambios sociales son irreversibles: los medios no pueden y no deben esconder la realidad.

Como proclama José Luis Orihuela en 80 claves sobre el futuro del periodismo (2011), el periodismo es una profesión apasionante, sólo apta para gente que quiera cambiar el mundo y no limitarse a contarlo.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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