Después de 24 años de relación con la agencia TracyLocke (Omnicom Group), McIlhenny Co., propietaria de Tabasco, está invitando a agencias a presentar ideas creativas para la publicidad de su popular salsa picante.

En una declaración, Ron Askew, CEO de TracyLocke, dijo que el shop “ha disfrutado de una relación de 24 años con McIlhenny Co., ayudando a construir la Pepper Sauce de Tabasco como líder de su categoría”.

“Aunque McIlhenny Co. está siguiendo una practica industrial al conducir un review administrativo de su cuenta publicitaria, nuestra relación es fuerte, y la compañía continúa apoyando los actuales esfuerzos de marketing realizados por TracyLocke”, dijo Askew. “Planeamos participar en este review y continuar con nuestra asociación”.

Representantes de McIlhenny no respondieron a pedidos de comentarios al cierre de esta información. El pitch, según se cree, estaría en las primeras instancias, y no está claro cuántas agencias fueron invitadas a participar.

McIlhenny Co. fabrica una cantidad de salsas picantes, en las variedades roja, verde, de ajo, habanera y dulce, además de mezclas para el cóctel Bloody Mary, tanto para uso del consumidor como para la industria de servicios alimentarios. La compañía, operada en forma privada, fue fundada en 1868 y tiene su base en Avery Island, Lousiana.

Aunque se trata de una líder de categoría, la inversión en marketing para la marca es baja. Según Kantar Media, McIlhenny dedicó sólo 2,5 millones de dólares a medios medidos durante 2009, pero está en camino de duplicar la cantidad este año, en que ya movió 2,6 millones a lo largo de los primeros seis meses.

Perder una cuenta después de casi un cuarto de siglo de relación probablemente tenga más un impacto emocional que un efecto financiero para TracyLocke. La agencia, que tiene cinco oficinas principales en Dallas, Bentonville, Ark., Wilton, Conn., New York y San Francisco, obtuvo recientemente la cuenta de Buffets, de 32 millones de dólares, después de un review que arrancó en abril. Ese negocio perteneció previamente a la agencia independiente Schafer Condon Carter, de Chicago, que optó por no defender su posición.