—¿Qué representa para usted estar entre las Women to Watch Argentina 2020? ¿Qué piensa sobre las futuras generaciones de mujeres que se forman en marketing y publicidad?
—Primero quiero agradecer la distinción. Vino muy bien, y lo dije en el encuentro virtual con todas las demás Women to Watch de mi edición: fue como un bálsamo de alegría y satisfacción en un año que perfilaba en su momento muy desafiante. Recibir este premio, que nunca me imaginé ni esperé, vino en el mejor momento para tomar fuerzas y energías para lo que queda del año. Lo digo con total humildad, nunca imaginé que me iban a dar un reconocimiento, pero fue una gran sorpresa. Conocí mujeres maravillosas en el encuentro. Con respecto a las próximas generaciones de mujeres, yo creo que lo más importante es ser fiel a una misma: la vida laboral es muy larga y te va llevando por diferentes caminos. Lo más importante es no comprometer nuestra esencia, no perder la fuerza y la ilusión, porque el camino es largo y uno se encuentra con obstáculos, frustraciones y decepciones. Lo más importante es tener ese fuego interior que hace que sigamos adelante. Las mujeres, en ese aspecto, tenemos mucha fuerza. Lo fundamental es la pasión y amor por lo que hacemos.
—¿Cómo cree que se pusieron a prueba los liderazgos en este contexto?
—El liderazgo en este contexto es fundamental. Todos se pusieron a prueba, ya que sacudió el sistema en el que estábamos inmersos. El liderazgo es una de las características clave que debe tener un/una profesional para salir adelante a lo largo de la carrera, ya que te pone a prueba todos los días. Ahora cambió el liderazgo como históricamente se conocía. A mí me hizo más consciente de las necesidades del equipo, de escucharlos a través de la virtualidad, por ejemplo. Cada uno tiene un rol que cumplir y el éxito se logra si cada uno cumple sus funciones. Algunas palabras clave con respecto al liderazgo son la generosidad, porque ser líder no es dar órdenes, y la adaptabilidad. No vale un líder egoísta, que no se da cuenta de quiénes están debajo, y tampoco está bueno que el equipo no reconozca a esa persona.
—En marketing se suele hablar y se apunta a estar preparados ante la crisis. Como marketer, este contexto de pandemia ¿representa para los profesionales un desafío completamente nuevo?
—La pandemia nos cayó como un baldazo de agua fría. Sin embargo, veo que en la Argentina estamos entrenados al cambio por default. He trabajado en el exterior y, honestamente, allá estaba todo ordenado, porque hay diferentes formas de manejo. Acá en la Argentina estamos más acostumbrados al cambio, y con un plan B o C por las dudas, por todo lo que puede llegar a ocurrir, escenarios diferentes y simulaciones. Si bien la pandemia fue algo nuevo para nosotros y el mundo, los equipos están acostumbrados a ese cambio repentino, en relación a otros países que tienen más estabilidad. Lo nuevo es la pandemia, no el concepto del cambio. Para mí, la clave, con respecto a la pandemia, es descifrar el algoritmo, cada uno en su ocupación y mercado, descubrir cuáles son las nuevas reglas de juego y con eso trazar una estrategia y un plan, básicamente. Se trata de decodificar las señales de manera correcta. Entender cómo afecta la pandemia a mi mercado para poder darle a ese consumidor la respuesta correcta. Por supuesto, volviendo al tema de liderazgo de una forma transversal, estar rodeados de buena gente es clave, porque así todos tiran para el mismo lado. Es importante haber podido sembrar confianza en los equipos y trabajar la comunicación dentro de las estructuras: eso hace que una vez que podamos decodificar las claves de cómo se comporta en pandemia nuestro mercado, tracemos el camino correcto para seguir adelante con los planes.
—¿Qué estrategias, herramientas y procesos considera que se destacarán este año y cuáles ya dejarán de ser útiles?
—Para agilizar la toma de decisiones, la verticalidad excesiva en una compañía o estructura complica la situación. Teorizar demasiado nos hace perder oportunidades. Analizar está bueno, pero me parece que llega un punto en que hay que implementar y activar. Quedó obsoleto trazar un montón de escenarios y caminos. En esta nueva situación en la que estamos es perder oportunidades. Por otro lado, en relación al liderazgo del que hablábamos antes, quedó atrás el concepto de la autoridad porque sí. Con respecto a lo que viene para quedarse, apuesto por la agilidad para pasar a la acción lo antes posible. Otra cosa que se pone a prueba es la comunicación: maximizar la comunicación entre áreas y no sólo en el equipo. Para poder generar omnicanalidad de cara al consumidor primero hay que lograr omnicanalidad interna. Otro tema fundamental está asociado con lo digital, que antes era un área propia, pero ahora nos damos cuenta de que subyace a todas las áreas: eso también es un paradigma que nos obligó a cambiar y pensar lo digital de otra manera.