Por Javier Álvarez Pecol
Director de tendencias del consumidor en Ipsos Perú y presidente de la Asociación Peruana de Empresas de Inteligencia de Mercados (APEIM)
Desde la introducción de la ley de etiquetado en alimentos y bebidas, que obliga a la colocación de octógonos (sellos) negros para advertir sobre altos niveles de ciertos nutrientes críticos, se ha observado un impacto profundo en los hábitos de consumo y percepciones de los latinoamericanos. Un estudio realizado en Latinoamérica proporciona una visión detallada de cómo los consumidores latinoamericanos comprenden y responden a estos etiquetados.
Conocimiento y comprensión
El estudio se realizó entre quienes declararon tener conocimiento sobre la ley de etiquetado y los sellos / octógonos negros. No obstante, el verdadero reto es la correcta interpretación y el efecto en el comportamiento de compra. En todos los países, la mayoría de las personas entiende que los sellos advierten sobre contenidos elevados de nutrientes críticos como el azúcar y las grasas. Colombia se destacó con el porcentaje más alto de comprensión, con un 99%, mientras que en Perú esta cifra fue del 97%. Además, las mujeres demostraron un mayor nivel de conocimiento sobre los sellos en comparación con los hombres. Este conocimiento más elevado entre las mujeres podría deberse a que tradicionalmente son las principales compradoras en los hogares, lo que aumenta su exposición y familiaridad con el etiquetado.
Cambios en el consumo y opiniones
Las percepciones sobre la utilidad de los sellos son variadas y difieren según la región. En México, el 66% de los encuestados indicó que los sellos les hacen reconsiderar sus compras, en comparación con el 39% en la Argentina. Los jóvenes entre 18 y 24 años mostraron ser los más influidos por los sellos, con un 78% que los encuentra útiles, lo cual puede vincularse a una generación más consciente de la salud y preocupada por lo que consume. Sin embargo, aún un 43% del total de encuestados prefiere las recomendaciones de conocidos, lo que subraya la fuerza del boca a boca y la confianza en círculos cercanos.
En términos de cambios en hábitos de consumo, un 62% de los encuestados ha modificado su dieta a raíz de la información proporcionada por los sellos, principalmente reduciendo el consumo de azúcares y grasas. Estos cambios significativos fueron más comunes en Perú, donde el 78% de los encuestados dijo haber cambiado su dieta. Sin embargo, el 35% del total no ha realizado cambios, lo que revela que la inercia de consumo y las barreras de percepción aún presentan desafíos.
Perspectiva de las marcas
Desde la perspectiva empresarial, el 79% de los participantes considera que las marcas han ajustado sus estrategias de comunicación y empaquetado para cumplir con la normativa y, potencialmente, evitar los octógonos. Este ajuste es más notable en México, con un 84%. Sin embargo, un 32% cree que las empresas aún no han modificado sus ingredientes significativamente, con esta percepción siendo más alta en la Argentina. Aunque algunas compañías están liderando el camino en la adopción de empaques más transparentes, muchas otras todavía no están implementando cambios significativos en sus fórmulas, lo que sugiere un área crítica de mejora.
Barreras y oportunidades
El etiquetado ha abierto un diálogo sobre el derecho a la salud y una alimentación adecuada. En promedio, un 60% encuentra que la ley es útil para garantizar estos derechos, con la mayor aceptación en Perú (68%). Sin embargo, queda un gran trabajo por hacer en la educación del consumidor, ya que el 23% declara no haber recibido apoyo para interpretar los sellos, y un abrumador 94% considera que es necesario seguir mejorando esta iniciativa. Para que la ley alcance su máximo impacto, es crucial fortalecer las campañas de educación basadas en datos y ciencias de la salud, así como promover colaboraciones entre autoridades sanitarias nacionales y locales, organismos sin ánimo de lucro y comunidades para garantizar que la información sea accesible para todos.
Este panorama sugiere que, aunque la ley de etiquetado ha establecido bases sólidas para promover una alimentación consciente, sigue siendo vital una educación continua y coordinar esfuerzos entre gobiernos, empresas y consumidores para maximizar el impacto positivo de la normativa en la salud pública de la región. También se requiere dirigir esfuerzos hacia grupos de edad específicos y regiones con menores cambios percibidos para aumentar la efectividad de esta iniciativa. Con políticas de seguimiento adecuadas y educación pública fortalecida, el etiquetado de advertencia tiene el potencial de cambiar significativamente los hábitos alimenticios de las generaciones presentes y futuras en América Latina.
Fuente:
El estudio fue realizado durante los primeros diez días de diciembre de 2024 a una muestra de 5.060 personas. La investigación fue liderada por el Observatorio del Shopper de SAIMO, con la colaboración de asociaciones como ACEI en Colombia, AIM en Chile, AMAI en México y APEIM en Perú y patrocinado por Netquest, responsable de la recolección de datos utilizando su panel en los cinco países de la región.