Almudena Blanco
HEAD OF AGENCIES AND PARTNERSHIPS EN OXXO FEMSA
(elegida LW cuando era managing director de Le Pub México)
¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Mi papá siempre estuvo en el mundo del marketing, así que, en lugar de ir a cursos de verano, pasaba mis vacaciones corriendo en producciones de publicidad, entre actores, y a veces hasta entre elefantes y jirafas. Es imposible no enamorarse de esta industria con tanto glamour a tu alrededor. Eso fue lo que me motivó a entrar. Con el tiempo, aprendes que todo ese brillo es fruto de mucho trabajo y talento, que se dedica con precisión a hacer que esa magia suceda. Eso fue lo que realmente me atrapó de por vida.
¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
He tenido mucha suerte. Creo que la vida siempre me ha puesto en el camino de personas más talentosas que yo, de las que, como una esponja, me he dedicado a absorber cada gota de conocimiento. Cualquiera que me conozca diría que soy increíblemente apasionada (o intensa, como dirían mis amigos). Esa pasión es lo que siempre llevo a la mesa: mucha energía para hacer brillar al talento que me rodea y empujar a que todo sea más grande y espectacular.
¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
La IA es una herramienta fascinante, pero con ese gran poder viene una gran responsabilidad. La veo como una forma de agilizar tareas tediosas dentro del proceso creativo y de materializar ideas que de otro modo serían difíciles de visualizar. Sin embargo, creo que intentar tomar atajos en la ideación o producción es una receta para el desastre. El talento, la experiencia, el craft y la atención al detalle siguen siendo esenciales para crear trabajo único con el que las marcas puedan tener un impacto genuino en la vida de las personas.
¿Qué representa para usted ser distinguida por LW México 2024?
Ser parte de LW es un enorme orgullo para mí. Recuerdo haber visto en años anteriores a un gran número de mujeres a las que admiro recibir este reconocimiento, y nunca imaginé que algún día ocuparía su lugar. Este galardón es una inyección de energía que me impulsa a seguir esforzándome por hacerme un espacio en esta industria que tanto amo.
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Lila López Negrete
GENERAL MANAGER BEAUTY & WELLBEING MÉXICO Y CMO SKIN CARE LATAM DE UNILEVER
¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Me apasiona lo que hago porque mi trabajo es muy dinámico. Cada día tengo la oportunidad de conectar con personas de diversas áreas y países, lo que me llena de energía y de aprendizajes. Además, me encanta poder aportar algo valioso a cada una de esas interacciones.
¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
Aprendo de mi equipo todos los días. Y lo que más me enorgullece es liderar un equipo que transformó el negocio con una alta performance, no solamente en México, sino a nivel mundial. Mi mayor aprendizaje es que siempre es posible lograr grandes cosas y que juntos hacemos una gran diferencia.
¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
Actualmente la IA nos impulsa a ser más productivos al optimizar nuestras estrategias. Por ejemplo, en publicidad la ocupamos principalmente para crear assets de comunicación digital. Lo que antes nos llevaba tres meses, lo estamos realizando en una semana, por lo que estamos teniendo una mayor productividad y eficacia a un bajo costo. Sin embargo, es crucial utilizarla de manera ética y responsable, sobre todo en lo referente a propiedad intelectual. Creo que estamos en el mejor momento de aprender y sacar el mayor provecho de ella.
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Luciana Novo
VICEPRESIDENTA DE SERVICIO A CLIENTES DE ANÓNIMO
¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Desde que era chiquita amaba la publicidad, aunque yo no lo sabía, pero iba leyendo todos los carteles en la calle, cantaba todos los jingles e, incluso, inventaba mis claims. No me daba cuenta tal vez porque en la Argentina la publicidad es parte de la cultura, la gente habla de las campañas, son como un arte, y hasta iban con pie de agencia, como la firma de un artista. Fui creciendo y quería ser periodista y entonces leía las noticias en voz alta como si estuviera en la CNN. Cuando empecé a estudiar comunicación, carrera en la que periodismo y publicidad van juntas tres años, me enamoré del marketing, de la publicidad. Las marcas son como personas, que tienen su personalidad y la posibilidad de vivir mucho más tiempo que las personas, quetienen un poder enorme para crear cultura, para transmitir mensajes y que pueden cambiar al mundo positivamente; todo eso me encantó, y lo sigue haciendo hasta el día de hoy.
¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
Enseñanzas: compartir todo lo que uno sabe, no guardarse nada, un buen cuentas tiene que ser como un periodista, compartir toda la información que tiene para que todos podamos hacer mucho mejor nuestro trabajo. Y en este trabajo que es tan de oficio, las experiencias que puedas compartirles a tus equipos son demasiado importantes. Aprendizajes: me encanta trabajar con gente más joven, porque traen a la mesa todo lo nuevo, te permiten volver a vivir a través de ellos, entender la evolución cultural, traen otro chip, porque estuvieron desde siempre expuestos a un mundo digital y físico mucho más grande. Lo que están dispuestos a dar es diferente, porque el mundo hoy es diferente, y siento que ellos lo disfrutan más, lo ven todo más simple y eso está bueno.
¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
La facilidad de lograr lo que parecía imposible. Simplificar procesos. Darles velocidad. La ayuda de la IA para visualizar campañas y conseguir resultados mucho más cercanos a lo que uno espera ver. En las gráficas finales, incluso. Se acerca mucho más al mundo en el que viven inmersas las nuevas generaciones, un mundo que mezcla la realidad con la ficción. Y lo que no puede lograr un fotógrafo, lo que no existe, la IA lo hace posible. Yo viví la época final de los bocetos a mano, cuando todo era artesanal y lento. Viví el inicio de las computadoras, cuando nos teníamos que turnar para hacer las órdenes de trabajo. Viví la evolución en que los comerciales salían en Umatics. Y hoy todo es digital, y el mundo es muy rápido.
¿Qué significa para usted ser reconocida LW México 2024?
Es una emoción inmensa, un premio a la trayectoria, a la constancia y al esfuerzo. Cuando me enteré, se me erizó la piel, y me vinieron a la mente imágenes de toda mi vida, desde que era una niña de cinco años y apenas aprendía a leer y amaba ir leyendo las carteleras, y cantando los jingles, e inventando nuevas letras y claims para las marcas. Hasta la universidad, mi discurso de graduación en el que estuvieron mis papás, y mis primeros trabajos en marketing, en planeación, y en servicio a clientes. Recuerdo ver y escuchar a las directoras a las que admiraba por como hablaban con los clientes, y yo quería ser como ellas, y recordé a todos mis jefes, Eduardo del Boca, Ernesto Savaglio y David Ratto en la Argentina; Rafael Pérez y Raúl Cardos en México; y a mis jefas mujeres, a Bertha Ovadia, a Berenice Bishop y a Alejandra Ballesteros, mi master en Anónimo: todos y todas me impulsaron para llegar a este reconocimiento; y a cada uno de mis clientes y marcas con las que trabajé y trabajo hoy. Y, obvio, a mis papás, que me dieron las herramientas para lograrlo: en seguida pensé en ellos y dije “tienen que venir a México al evento”. México para mí significa demasiado, lo visité en 1995 y lo amé, un país con gente tan alegre, colorida y rica culturalmente, gente muy buena que ante una eventualidad se ayuda. Yo viví el sismo de 1985 por la CNN y lloraba por México y su gente, sin saber que viviría acá. Cuando en 2003 mis amigos de la publicidad Carolina Siegrist y Federico Ortelli, también publicistas argentinos, me invitaron a venir, no lo dudé.