Alexander Ródchenko es uno de los artistas más conocidos del Constructivismo, que desarrolló su carrera artística en Rusia a comienzos del siglo XX. La consigna de los constructivistas era: “Del arte a la producción”.
Rodchenko pensó en el artista-ingeniero y en el arte como el diseño de objetos de uso cotidiano. Se destacó en el terreno de la propaganda, diseño de murales, pancartas y quioscos. Además, es uno de los fundadores de la tipografía moderna.
En los últimos años su trabajo adquirió un renovado interés. Sus obras fueron incluidas en exhibiciones en el Museo Hishhorn en Washington D.C., en el MOMA,
Rodchenko es uno de los artistas más polifacéticos posteriores a la revolución rusa. Fue escultor, pintor y diseñador gráfico. Diseñó carteleras de cine, afiches para el comercio y la industria, así como portadas para libros y también muebles.
“
El stalinismo había acabado con lo que se llamó “el gran experimento”, uno de los momentos creativos más explosivos y apasionantes de la historia del arte del siglo XX, para dar paso al académico realismo socialista. Pero pese a eso, Ródchenko siguió haciendo “auténticas obras soviéticas” en las revistas de propaganda socialista a través de sus fotomontajes, fotografías y grafismos, ya que aunque la experimentación pura que defendió en sus inicios estaba prohibida (se la consideraba una degeneración burguesa) la fotografía era un medio figurativo que gustaba al régimen.
Parte de esta aventura creativa y muchas de sus fotografías y trabajos tipográficos pueden verse en el puede verse en
La exposición reúne varias obras procedentes de museos rusos y colecciones particulares y algunas réplicas –ya que las obras originales se quemaron- del artista, y también las múltiples facetas en las que desplegó su arte, tanto en la pintura como en los carteles publicitarios, el estampado textil o la fotografía.
Un fotógrafo de la singularidad
En 1928, Rodchenko escribió en su manifiesto, Caminos de la fotografía contemporánea: “Si se desea enseñar al ojo humano a ver de una forma nueva, es necesario mostrarle los objetos cotidianos y familiares bajo perspectivas y ángulos totalmente inesperados y en situaciones inesperadas; los objetos nuevos deberían ser fotografiados desde diferentes ángulos, para ofrecer una representación completa del objeto”.
Utilizó su cámara para reflejar las desconcertantes sensaciones a las cuales se ve sometido el habitante de la gran ciudad moderna. Su fotografía era comprometida socialmente, formalmente innovadora y opuesta completamente a un pictorialismo estético.
Su preocupación era por la necesidad de una fotografía analítica-documental, por lo tanto tomaba los sujetos desde ángulos distintos, usualmente desde muy abajo o desde muy arriba, para impactar visualmente al espectador y que a éste le costara más reconocer el objeto. Todo esto lo convirtió en uno de los más importantes pioneros del constructivismo fotográfico.
Sus imágenes eliminaron el detalle innecesario y pusieron énfasis en la dinámica de la composición diagonal.
La línea es un elemento artístico de suma importancia dentro del trabajo de Rodchenko. Por eso incluye en sus composiciones fotográficas elementos como rejas, escaleras, cables de electricidad, para que constituyeran las guías de su constructivismo fotográfico. Claros ejemplos de esto son sus dos fotografías Escalera, de 1930 y
Otro aporte artístico del artista ruso fue la fundación del grupo Octubre, el más importante órgano de expresión fotográfica y cinematográfica de la época.
Fiel al constructivismo
De procedencia humilde, Ródchenko se formó a la manera clásica en
En el terreno plástico, experimentó primero con la abstracción pura, en lo que se denominó la “pintura sin objeto” centrada en formas geométricas simples, y fue uno de los creadores del movimiento constructivista. Ya en los años ‘20 pensó que incluso el arte estético e individualista era demasiado poco revolucionario y, con otros colegas, centró sus esfuerzos en los fotomontajes (muy útiles para la propaganda política y que él utilizó desde perspectivas poéticas que tuvieron gran influencia) y comenzó también a experimentar con la tipografía, el grafismo, la publicidad y la fotografía, campo en el que fue uno de maestros más influyentes del siglo gracias a sus perspectivas forzadas, sus fascinación por la diagonal y sus famosos contrapicados.
En 1928 escribía: “Nosotros, educados para ver lo habitual y lo ya instaurado, debemos descubrir el mundo de lo visible. Debemos revolucionar nuestro pensamiento visual”.