Adriana Arismendi ingresó en 2016 a Bancolombia como directora de mercadeo digital corporativo. Ya venía trabajando en el sector, pues había sido la directora de marketing digital en BBVA. En el área de marketing también se desempeñó como directora de marketing en Casa Editorial El Tiempo, en Sony Mobile Communications y en Telecomunicaciones Movilnet. En esta última empresa trabajó por una década, entre 2001 y 2011.
“Todos los reconocimientos son bienvenidos, pero también son fruto del trabajo —destacó Arismendi—. Pero el mejor reconocimiento es poder ver el reflejo del trabajo que hacemos en los usuarios, en las personas, el impacto que podemos generar en cambiar la sociedad. Es encender la chispa en cada una de las personas del equipo para que entendamos que todos somos creadores, que todos podemos hacer cosas grandiosas. Es un reconocimiento no sólo a la labor particular, sino al equipo”.
—¿Qué actitudes o formas de trabajar son las que aplica en su labor diaria?
—Tener persistencia, pero no en lograr crecimiento, sino en lograr que las ideas en las que crees puedan volverse realidad a pesar de la resistencia al cambio. Alguien me dijo una vez que si eres consistentemente alguna vez lo van a notar. Creo que hay que trabajar con pasión, hacer lo que nos gusta, lo que nos llena, trabajar siempre para ayudar a los demás para pensar en grande, para hacer por los demás y no por uno. Y no ver a los lados, en función de comparar tu carrera o de competir con alguien: no competimos, todos tenemos un lugar y un momento, es enfocarlo en el día en saber cómo podemos hacerlo mejor para aportar a un mundo mejor, a una mejor sociedad, para hacer, de este oficio, un oficio respetable que genere valor a las personas.
—En el marco de +Cartagena, y luego de la entrega de los Premios Marketers Latam, participó de un panel, y allí dijo: Cuando eres clara, la marca te puede entender. ¿Qué quiso decir?
—El tema es saber adónde queremos llegar, entender con precisión cuál es el objetivo que queremos alcanzar, qué necesitan las personas. Y aunque parezca complejo, lo que implica poder suplir necesidades o cumplir objetivos que sean muy retadores. Si uno sabe adónde necesita llegar, con seguridad va a atraer a algunos talentos para hacerlo y va a lograr que ese talento aporte lo mejor de sí para que ese objetivo se pueda lograr. No se trata de una visión única, no se trata de decir qué se tiene que hacer y cómo. Se trata de poner una idea sobre la mesa y convocar al mejor de los equipos para que construya una idea alrededor y la puedan llevar a cabo.
—¿Puede adelantar algo sobre lo que están trabajando en estos meses que quedan para que termine el año?
—Estamos trabajando en transformación, en el cambio en la forma del trabajo, en derribar un poco las estructuras rígidas para permitir que cualquier persona del equipo pueda liderar proyectos de principio a fin, y que todas las personas puedan colaborar en proyectos de acuerdo a lo que les guste y a las herramientas que tengan. Eso es dar un paso grande, que sin duda implica retos y miedos. Y eso nos está permitiendo tener proyectos muy grandes, como la escuela de sostenibilidad y el poder de los centennials, que ha sido un proyecto transformador desde su esencia, desde el pensamiento en hacer algo que transforme al mundo y en unir a empresarios con centennials que tienen ideas maravillosas: sin guiones, sin estructura, para lograr una transformación, pero desde un equipo que también ha liderado el proyecto de una manera distinta. Sin grandes cabezas, sólo con talento e intención. También estamos trabajando en incentivar a los empresarios a hacer comercio exterior, a ayudarles y darles una mano en ese proceso. Aunque queden tres meses del año, son muy intensos.