―¿Puede contar brevemente su historia?
―Nací y crecí en la Ciudad de México y he vivido en tres países distintos a lo largo de mi vida: Estados Unidos es uno de ellos y es donde me encuentro ahora, en la ciudad de Los Ángeles, California. Mi compromiso, dedicación y ética de trabajo comenzaron a forjarse desde pequeño por diferentes razones. Entrené gimnasia de alto rendimiento en México por trece años y trabajé voluntariamente en una organización juvenil durante más de seis años con la misión de educar a niños y niñas sobre valores universales, las artes, la cultura, la historia y el medio ambiente. Un año antes de terminar el bachillerato asistí a un programa de liderazgo de un año alrededor del Medio Oriente que me dio la oportunidad de conocer personas de diversas culturas e ideologías. Esa experiencia me recordó la importancia de las historias y los cuentos con los que crecemos, y cómo nos ayudan a forjar la identidad de cada uno. Después de ese año decidí dedicar mi vida al arte, al cine y al storytelling.
―¿Por qué hace lo que hace?
―Hay una belleza única en hacer cine. Es un medio que combina muchos estilos y tipos de arte en uno y, al mismo tiempo, es un medio que requiere de mucha vulnerabilidad. Es un medio que le permite al artista entrar en diálogo con el espectador, compartir experiencias y nutrirse uno al otro con pensamientos, reflexiones, miedos e incomodidades que forman parte de nuestro ser. Otro aspecto que amo de hacer cine es el hecho de estar rodeado de gente, hablar, dialogar, conocer mundos y personas nuevas. Esa es una de las riquezas más grandes de hacer lo que hago, no sólo conocer nuevas personas y realidades todo el tiempo, en cada proyecto que trabajo, sino crearlas en mis propios proyectos también. Nunca pensé que dedicarme al cine me llevaría a convertirme en director de publicidad también, pero es algo que valoro inmensamente. Mi amor y mi pasión por dirigir comerciales han crecido y siguen creciendo mientras más lo hago. Hoy por hoy, ese es mi trabajo del día a día, mientras desarrollo mi siguiente proyecto narrativo. Yo veo el dirigir publicidad como un ejercicio constante de muchas de las habilidades que se requieren para hacer cine. La publicidad es un espacio que me ha permitido conocer colaboradores que admiro y quiero muchísimo, lugares que nunca pensé conocer y profundizar mi entendimiento y mi conocimiento sobre herramientas, técnicas y estilos que puedo utilizar también en mis proyectos narrativos. Lo más importante de trabajar constantemente en un set es que poco a poco se va definiendo más la voz de uno como artista.
―¿Cuál ha sido su mayor logro hasta el día de hoy?
―Es una respuesta muy difícil de responder, ya que tal vez mi respuesta cambia constantemente. Intento recordarme que mi mayor logro es seguir haciendo lo que amo, independientemente de los múltiples obstáculos que he enfrentado. Estoy dirigiendo proyectos mejores y más grandes, en los que plasmo y dejo un poquito de mí, y eso es todo lo que realmente podría pedir. Sentirme satisfecho con los proyectos que hago y las personas que conozco en el camino es, en mi opinión, la mayor recompensa que cualquier persona en esta industria puede tener. Uno cambia con el tiempo, y siempre habrá camino por recorrer.
―Si pudiera volver a hacer las cosas de nuevo, ¿elegiría el mismo camino que ha seguido?
―Por mucho tiempo dudé si había tomado el camino correcto. A veces me sigo preguntando si debí haber estudiado lo que estudié en la escuela donde estudié. Nunca sabré qué hubiera sido lo correcto. A veces pienso que haber estudiado literatura, historia o quizás filosofía me hubiera ayudado mucho a forjarme como storyteller. A veces pienso que debí quedarme en México y estudiar ahí. Sin embargo, siempre que mi mente se pierde pensando en esas cosas trato de regresar al presente y agradecer por el camino recorrido y por las oportunidades que se han presentado frente a mí. Al final de cuentas no estaría donde estoy si no hubiera recorrido exactamente el camino que he recorrido. Es gracias a mis decisiones que estoy aquí. El camino correcto no existe, sobre todo en una carrera como esta. Como bien escribió Antonio Machado alguna vez, “caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
―¿Cuál es su filosofía o frase?
―Siempre he sido una persona muy emocional y de pronto creo que he tenido esta mentalidad y filosofía por muchísimo tiempo, pero en los últimos años he elegido conscientemente ser vulnerable y estar en contacto con mis sentimientos y emociones: observarlas, interactuar con las cosas que pasan por mi mente y contemplarlas cuando puedo. Es un proceso muy lindo, nutritivo y que continúa. También he trabajado mucho en respetarme a mí y a mis tiempos tanto como respeto el de los demás, a tenerme compasión y no ser tan duro conmigo mismo. He conseguido defender mi ideología y ethos y establecer límites para siempre ser una persona íntegra y ética en lo que hago.
―¿Qué creator colega de Iberoamérica recomienda a la comunidad Bloomclouds, y por qué?
―En publicidad y videos musicales recomiendo mucho el trabajo de Farhad Ghaderi, Pantera y Alexis Gómez. Tienen estilos muy auténticos, voces muy definidas, y siempre logran infusiones en sus proyectos con un toque muy singular y atractivo. Visualmente su trabajo también es hermoso. En cine me gustan mucho Alonso Ruizpalacios, Fernanda Valadez, Edgar Nito y Kenji Kishi. Me encantan sus historias, su exactitud y limpieza narrativa, y la forma tan propositiva en que realizan su trabajo, desafiando límites y proponiendo mucho con cada secuencia y toma que hacen. Siento que sus películas son historias de todos. Las siento, las vivo cada vez que las veo.
Aquí van algunos de sus trabajos y en Bloomclouds pueden verse el perfil y más contenido de Carlos Asse.
TRABAJOS DE CARLOS ASSE
