Por favor, permítanme ser un poco contradictorio.
Al iniciar mis columnas en adlatina.com dije que jamás seleccionaría un anuncio o spot que tuviese algún tufillo a haber sido hecho para concurso.
Eso no quiere decir que sea un trucho: término ya admitido por la Real Academia Española y que, por desgracia y como corresponde, tiene su origen en mi nación: la República Argentina.
El mío es un país en donde un candidato a diputado nacional se presenta por un partido opositor y, antes de asumir, se pasa a la bancada oficialista luego de reunirse con un presidente de la República que vino a limpiar la política y donde un canciller -y por orden del mismo presidente- deja su alto cargo para encabezar la lista de diputados oficialistas en un distrito que le era adverso y que, luego de obtener el previsible tercer lugar que sólo no podía anticipar la soberbia oficialista, renuncia para ocupar el cargo de embajador en Francia para –horas más tarde- desobedecer al presidente porque su honor le impide “no escuchar la voz del pueblo” y decide asumir como diputado en el poder Legislativo…
Nuestra mejor publicidad también suele ser un poco trucha.
Pero lo mismo ocurre en toda Iberoamérica.
¿Qué es un trucho legal?
No es un trucho creado para un producto inexistente –como las monjitas españolas que, hace más de 10 años, se llevaron el Grand Prix de Cannes-, sino un anuncio real a menudo regalado y publicado, al menos una vez, por un anunciante no tradicional.
Hay agencias que son muy creativas con los anuncios de premio y, a veces, demasiado tradicionales con los clientes rentables.
Por supuesto, cuando un anuncio de premio es absolutamente real, la publicidad cumple con su verdadera función.
Porque la creatividad conceptual vende más.
Estoy muy satisfecho con los resultados de noviembre: encontré desde excelentes truchos legales hasta el que, por ahora y a mi juicio, es el mejor spot comercial del año.
Aunque no gane ningún premio internacional.
Claro que, para beneficio de la seriedad de los festivales, espero que ocurra todo lo contrario…
Gráfica
La campaña gráfica de la agencia CraveroLanis para La mejor flor es tan excepcionalmente buena que no puedo menos que destacarla en primer término.
Mis felicitaciones a los dos redactores y al director de arte y, ojalá, muy pronto conserven ese nivel que se merecen las grandes marcas del país y del mundo.
Peugeot, por ejemplo, jamás debió haber cambiado de garage.
La excepcional campaña brasileña del restaurante Bela Sintra me confunde: es tan buena que parece hecha por mi genial amigo Washington Olivetto, pero es mejor aún porque le pertenece a otra agencia (Giovanni FCB) que lo eligió a Washington como modelo de su testimonial creativo.
Y debe de ser más real que un trucho legal, porque Washington –que siempre se opuso a los truchos- no necesita más premios, y menos para otros…
Evidentemente, Bela Sintra debe de ser un importante anunciante de la ciudad de San Pablo y el dueño de este restaurante portugués –además de portar grandes moustaches- parece ser tan famoso como Washington Olivetto y ese simpático morenito –nunca recuerdo su nombre- que cree que jugaba al fútbol mejor que Diego Maradona…
Aunque yo elegiría a la modelo del otro anuncio –Adriane Galisteu- para un jogo bonito.
Los excepcionales anuncios Car y Home –de Mix para JVC Argentina- y Torta y Pie –de McCann Erickson para Johnson & Johnson Perú- me parecen un poco menos creativos, pero más difíciles de hacer y de convencer al anunciante.
Mis felicitaciones, entonces, también se extienden a la gente de cuentas.
Además quiero mencionar a la campaña de Cornicelli para Carrier Argentina: aunque yo tengo otra marca, me recordó la imperiosa necesidad de colocar el aire acondicionado antes de que llegara el calor.
No soy irónico, realmente tengo otra marca porque la buena publicidad no hace milagros.
Mi nuevo acondicionador tiene el mismo prestigio y no me costó nada:
como a muchos carenciados, me lo regaló el presidente Kirchner antes de las elecciones de octubre.
Aunque juro que voté a la señora de Duhalde.
Last but not least, como decía el Che Spier, mis felicitaciones a la maravillosa promoción de una película de vampiros –realizada por JWT Chile para Fox-.
tv
Cuando uno termina de ver un spot, se sonríe y está absolutamente convencido de las ventajas ofrecidas, sin duda está ante el resultado de un trabajo verdaderamente excepcional: Pueblo –de Lowe Argentina para DirecTV, Promo – me parece el mejor spot de todos los que vi, hasta ahora, en mis selecciones de adlatina.com aunque, hablando de selecciones, me quedo con el cable: DirecTV se corta cuando hay tormenta y, realmente, yo me cortaría las pelotas si se desatara una tormenta cuando la Argentina esté jugando la final del mundial de Alemania o, perdonen la insistencia, cuando den los cómputos de la segura derrota de Kirchner en las próximas elecciones presidenciales.
De todos modos, no se cortan mis felicitaciones a Álvaro Fernández Mendy y a todos los involucrados en este spot maravilloso.
También me pareció excelente el spot Moza, de JWT Brasil para Sedal Guaraná Active: parecía imposible encontrar un nuevo camino para decir –y mucho mejor- lo mismo de siempre.
No quiero dejar de destacar el gran spot Letras, de la agencia uruguaya Cuatro Ojos para los cigarrillos J&M: dadas las restricciones a la publicidad de tabaco –aunque la mayor contaminación cancerígena la cause el petróleo- es muy difícil encontrar una buena idea que pueda ser aprobada y emitida.
También me pareció muy buena la campaña integrada por los spots City y Suburbs de The Vidal Partnership (Estados Unidos) para Nissan Altima.
Seguramente una agencia caribeña se sentirá extrañada porque una excelente campaña suya –además muy bien realizada- no figure en esta selección.
Es que yo no creo en las casualidades sino en las causalidades y ocurre que, hace aproximadamente siete años, una agencia panameña ganó un oro para el mismo producto (de otra marca y país) en el Festival Caribe.
Y quiso el destino que el presidente del jurado de aquel festival no haya sido Kirchner sino yo…
La marca Villa del Sur (Aguas Danone de Argentina) es mi favorita después de la italiana San Pellegrino y de la francesa Perrier –uno también puede ser un snob acuático- y el spot Cantores me pareció, auténticamente, muy bueno y destaca un concepto realmente excepcional.
Por un motivo muy particular dejo para el final la excelente campaña de Young & Rubicam Argentina para Visa institucional.
Personalmente, me gustó más el spot Logos y lo noto alejado, en su estilo, a Hippies y Salvaje.
Pero las tres son excelentes ideas para el concepto Vivís en este mundo, necesitás Visa.
La publicidad necesita tiempo y coherencia para imponer y mantener el liderazgo de una marca que, al menos en la Argentina, había fracasado en su primer intento de penetración en el mercado.
Cuando Visa llamó a concurso para cambiar de agencia, en 1986, le otorgó la cuenta a Verdino, Funes, Straschnoy & Dreyfus (hoy Young & Rubicam) y el concepto sobre el cual se ganó la cuenta y se realizó el relanzamiento de la marca fue: Hace falta Visa para entrar al mundo y vivir en el país.
Hago extensivas, entonces, mis felicitaciones al creador del primer concepto y de la primera campaña: Gabriel Dreyfus.
