Por Juani Martínez Cima
Innovation and content director en Adlatina
―¿Cuáles serán sus próximos pasos en la industria de las comunicaciones, partiendo de la base de que con su carta de estos días le dijo adiós a la industria publicitaria?
―A partir de abril dedicaré el 100% de mi tiempo al negocio de combatir el cambio climático.
―¿Cómo llegó a esa decisión?
―Haber vivido en Europa, haber estado expuesto a prácticas ambientales mucho más avanzadas ―sobre todo en los países nórdicos, en Alemania y en Inglaterra―, entender todo lo que se puede hacer, sumado a mis últimos trabajos como creativo y a haber sido presidente del jurado de Cannes Lions en la categoría de Sustentabilidad, me dio la pauta para decirle adiós a la publicidad y para decidirme, desde mi trinchera y con un poquito, a mejorar el planeta.
―¿Cómo concretará ese sueño?
―A partir de tres verticales. El primero es tecnología, y para eso soy el cofundador de Tram, una empresa que tiene base en Miami y Boston, en la que tengo tres socios, todos ellos profesores del MIT. Ya tuvimos una primera ronda de inversiones muy buena y es una startup que usa la tecnología blockchain y las monedas digitales para incentivar a que la gente tome decisiones buenas en lo que hace al transporte: decisiones que tengan el menor impacto posible en la emisión de carbono. Las moneda digital se le paga al que toma una decisión acertada al respecto. La plataforma está armándose y va a lanzarse en las próximas cuatro semanas. El segundo vertical es eventos e incentivos: para eso acepté ser el chairman de los Miami Green Awards, que son una evolución de los premios Latinoamérica Verde, que venían haciéndose desde hace ocho años y que ahora toman escala mundial: es el único galardón que distingue las prácticas sostenibles, de manera consistente, en todas sus categorías. Este año tuvimos tres mil inscripciones y tendremos la gala en la Universidad de Miami el domingo 24 de abril. Y el tercer vertical es el que más me vincula con la industria publicitaria. Creo que la creatividad aplicada a formatos más largos es hoy, para mí, uno de los mejores modos de provocar un cambio de conducta. Para eso tengo una productora de documentales cinematográficos que, a partir de estos cambios personales, pasará a estar mucho más activa: con ella me dedicaré a producir contenido con mensajes ambientales. Ya estamos produciendo el primer documental y tenemos en carpeta dos más. Será una manera de complementar los otros dos verticales con contenido que sea relevante y provoque cambios en la gente. Soy el productor ejecutivo de todos esos proyectos.
―Conclusión: está a años luz de retirarse.
―¡Con todo esto estoy más ocupado que nunca! Pero tengo la enorme satisfacción de que, cuanto más trabaje, más contribuiré a mejorar el planeta. Supongo que todo esto será mi compromiso durante los próximos diez años, quizás. Y a todo esto sumo un objetivo muy concreto, una aspiración desde el tercer vertical, el de la productora de contenidos: concretar, para Ecuador y desde la industria del cine, lo que logramos en la industria de la publicidad. Es decir, que de aquí a cinco o diez años Ecuador gane su primer Oscar y tenga la chance de abrir el camino para que actores, directores y productores ecuatorianos se vuelvan parte de la escena cinematográfica mundial.
―Está claro que son todos objetivos y prácticas a los que jamás hubiera llegado sin su paso previo por la publicidad.
―¡Por supuesto! Haber trabajado en publicidad durante treinta años me dio la posibilidad de entender el poder de la creatividad, y sobre todo el de la creatividad aplicada en tecnología, en eventos, en contenido y en el formato que sea: todo esto me ha dado la ventaja necesaria para poder activar estas tres empresas de manera eficiente, teniendo la esencia creativa en todo lo que hago.
