(Ad Age) - En uno de los anuncios, un trabajador de una oficina aparentemente no hace nada durante todo el día, y cuando finalmente llega el momento de escribir un solo correo electrónico a su jefe, confía en Apple Intelligence para reescribirlo, enmascarando su falta de competencia.

En el segundo anuncio, a continuación, se ve a una familia en casa, donde la madre ha olvidado que es el cumpleaños de su marido. Al oír a sus hijas dándole regalos en la otra habitación, la madre crea rápidamente una "película de recuerdos" en su iPhone, con fotos de proyectos anteriores, presentándolos como algo que se ha estado preparando durante un tiempo.

Los anuncios tienen como objetivo mostrar las características del producto en situaciones que resultan cercanas, pero ambos resultan poco convincentes. Pocos espectadores se identificarán con la pereza del empleado de oficina, y la idea de que la IA convertirá a los trabajadores mediocres en "genios" (y les dará más seguridad laboral) parece claramente falsa a primera vista.

El lugar de la familia es un poco mejor, pero también suena como construido sobre el engaño. No parece que la familia esté realmente más unida al final; de hecho, la madre está haciendo una mala jugada mientras finge que no lo está. El hecho de que ella se pavonee triunfante también es una elección curiosa. Uno pensaría que ella querría quedarse y conectarse si ese fuera el objetivo.

Apple suele tener mucha confianza en incorporar emociones a las demostraciones de sus productos. Los errores que comete aquí solo demuestran lo nueva que es la tecnología y lo difícil que es relacionarse con ella cuando los escenarios aún no forman parte de la vida cotidiana de las personas.

Pero si el principal atractivo de la IA es ayudarnos a fingir que somos lo que no somos, podríamos estar en problemas.