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FOTOGRAFO Y VOYEUR GENIAL

Topshop rinde tributo a Helmut Newton

Fue el constructor de una estética que marcó todos los medios de gran difusión de la fotografía reciente. Creador de un erotismo elegante, hoy es homenajeado por la casa de ropa, mostrando algunas de sus imágenes más famosas y provocativas.

Topshop rinde tributo a Helmut Newton
“Trato de ir más allá de lo que mi disciplina germánica me hubiera permitido”, dijo Newton.
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Top Shop, en colaboración con la Fundación Helmut Newton, homenajeará a uno de los más emblemáticos fotógrafos de moda: Helmut Newton. A partir del 10 de junio, la tienda que tiene la cadena en la calle Oxford de Londres, acogerá varias iniciativas en las cuales se recordará la obra del artista alemán, fallecido en un accidente de tránsito en 2004.
Tres célebres imágenes, entre ellas la de la diseñadora de joyas Elsa Peretti vestida de conejita Playboy, serán reproducidas en la tienda. Además, Topshop contará en exclusiva con una recreación de la Newton Machine. Esta máquina, creada por Newton en los años ‘70, pretendía que las modelos se convirtieran, a la vez, en estilistas, fotógrafos y protagonistas de las imágenes. La Newton Machine estará al servicio de los clientes, que podrán retratarse libremente.
Todas las imágenes que se tomen durante la semana que va a permanecer el invento en Londres serán expuestas en la galería de la propia tienda y a través de la página Web de Topshop. Pasado este tiempo, la máquina viajará a Manchester y Dublín y es probable que aterrice en Nueva York en el próximo otoño.

 

Un voyeur elegante

La estética de Newton es inconfundible. Crudos contrastes de blanco y negro, sumisión, sadomasoquismo, prostitución, crimen, violencia y peligro. El fotógrafo veía a sus modelos atadas, amordazadas, encorsetadas, maniatadas, frías y, sobre todo, inalcanzables. “Era un gigante. Amplió los límites de la fotografía y ejerció una gran influencia sobre muchos de sus colegas", dijo Hugh Hefner, el fundador de Playboy.
Ante su cámara desfilaron Catherine Deneuve, Faye Dunaway, Ralph Fiennes, Andy Warhol y Leni Riefenstahl, entre muchos otros. Trabajó para las publicaciones más importantes de moda, a partir de Vogue. Ya en sus inicios era dueño del estilo sofisticado y provocador que caracteriza su trabajo.
¿Arte o pornografía? La controversia empezó en los años ‘70 con la publicación de las fotos altamente eróticas de White women y, sobre todo, con la serie Big nudes, desnudos estilizados y provocativos. “A Helmut le gustaban chicas muy altas, muy rubias, en trajes impecables y tacones de aguja” -comentó Anna Wintour en el New York Times-. “Le gustaba, sobre todo, ponerlas en situaciones perversas o atrevidas, besando a otras mujeres o esposadas”.

Hace unos años Newton le dijo a la revista Salon: “El objetivo de mi fotografía es imponerme retos, ir más allá de lo que mi disciplina germánica y naturaleza teutónica me hubieran permitido. Las fotografías con desnudos y temas de sumisión han sido para mí una forma de transgredir mis propias ataduras”. En el mismo artículo explicó su fascinación por sus modelos: “Las mujeres tienen esa magnífica expresión cuando se observan a sí mismas; se pierden en su propia imagen. Es fascinante verlo y fotografiarlo. Realmente me inspira mucho, física y mentalmente”.
No había lugar en sus imágenes para el dolor o para las minucias domésticas. La belleza de los cuerpos que retrataba sugerían mundos inalcanzables, pero que él hizo reales. La vida del lujo y de los excesos. “Más allá de su erotismo, de la obra de Newton emerge una mujer distinta, la que ha asumido los retos de su independencia”, dice un artículo de El País.
Newton construyó un estilo propio que marcó en la fotografía del pasado siglo un universo donde un voyeur, instalado tras el objetivo, estableció unas reglas singulares del arte de mirar en materias tan frecuentadas en el medio como el apartado iconográfico de la moda y el del desnudo femenino. Fue un mirón elegante que supo construir excelentes bodegones anatómicos con las más bellas modelos nórdicas; después lo haría en los gabinetes anatómico forenses. De hecho, se jactaba de registrar la “piel fría de las mujeres del norte de Europa”. Paradójicamente, estuvo muy influído por la relación entre Eros y Tánatos, entre la muerte y el gozo de mirar.
Newton, como Mapplelthorpe, cada uno a su manera, marcaron con su estilo sectores claves de la fotografía del pasado siglo XX. Como transgresores de la mirada padecieron las críticas de sectores reaccionarios en diferentes países en los que se suponía que las libertades democráticas estaban más arraigadas.
Uno de sus mejores trabajos fue su colección titulada Los archivos de noche, en la que aparecía el Newton más puro y, a su vez, más global: no se limitaba sólo al capitulo del desnudo sino que hacía acertados guiños a sus estrechas relaciones entre la fotografía, la pintura, la literatura y la escenografía teatral, especialmente a la naturaleza muerta y el bodegón. Ahí empieza a realizar tomas en los museos, lo que él denominaba fotografía ortopédica; imágenes quietas que, con imaginación -evocando los artilugios literarios de Proust-, olían a formol o a las polillas de los camarines de teatro que tanto amaba.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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