El Ministerio de Asuntos Sociales sueco prepara una estricta ley regulatoria de la publicidad de bebidas alcohólicas que entrará en vigencia en enero de 2005. El objetivo: que las agencias y anunciantes no puedan “glamurizar” las bebidas alcohólicas (concepto ampliamente utilizando mundialmente para este tipo de productos).
Suecia, en su eterno afán de proteger a su sociedad, especialmente a los niños y jóvenes, prohibió 25 años atrás todas las publicidades de bebidas alcohólicas.
“La parte más importante de nuestra labor para prevenir los efectos adversos del alcohol es limitar su disponibilidad, especialmente en los niños y gente joven –dijo Morgan Johansson, ministro de Salud Pública–. Pero debemos usar más eficazmente otros instrumentos políticos que están a nuestra disposición”.
El año pasado, la corte de la Unión Europea decidió que esta prohibición violaba las regulaciones sobre la libre circulación de bienes y servicios en Europa y el país del bienestar tuvo que permitir las publicidades de productos alcohólicos.
Las agencias de publicidad suecas festejaron, en 2003, la decisión de la corte de la Unión Europea, y al igual que lo han hecho en el pasado, creen que la postura del gobierno sueco frente a la publicidad de productos alcohólicos es hipócrita.
Ellos notan una gran paradoja: el gobierno de Suecia siempre prohibió y limitó las publicidades alcohólicas; sin embargo, publica enormes avisos para Absolut Vodka –como dueño de la licencia de marketing de este producto– para medios extranjeros que luego son vendidos en Suecia.
De acuerdo a la nueva ley, no estará permitido que aparezcan personas físicas en las publicidades, no podrán dirigirse a menores de 25 años y todos los avisos deberán tener textos de advertencia sobre los efectos perjudiciales del alcohol para la salud.
Por ejemplo, una publicidad de vinos solo podrá mostrar la botella de vino, las uvas y sus características.
El gobierno sueco prohibió la publicidad en bebidas alcohólicas en 1978, en un intento de reducir su consumo y limitar sus efectos adversos para la sociedad y para la salud. Esta prohibición no les permitía a los anunciantes de alcohol y a las agencias colocar avisos en medios gráficos, radio, televisión, callejeros, cines o PNT.
Otras políticas tomadas por el gobierno para bajar el consumo de alcohol han sido fijar impuestos altos y vender alcohol sólo en bares, restaurantes y los locales manejados por el gobierno.
El tiempo pasa, pero las costumbres no. El gobierno sueco sigue creyendo que el mejor remedio contra el consumo de alcohol es prohibir todo tipo de marketing y publicidad relacionado con este tipo de productos.
“Uno de los tantos instrumentos fuertes que están en nuestro poder contra el alcohol es limitar aún más las posibilidades de publicitar alcohol”, remató Johansson.
Suecia, en su eterno afán de proteger a su sociedad, especialmente a los niños y jóvenes, prohibió 25 años atrás todas las publicidades de bebidas alcohólicas.
“La parte más importante de nuestra labor para prevenir los efectos adversos del alcohol es limitar su disponibilidad, especialmente en los niños y gente joven –dijo Morgan Johansson, ministro de Salud Pública–. Pero debemos usar más eficazmente otros instrumentos políticos que están a nuestra disposición”.
El año pasado, la corte de la Unión Europea decidió que esta prohibición violaba las regulaciones sobre la libre circulación de bienes y servicios en Europa y el país del bienestar tuvo que permitir las publicidades de productos alcohólicos.
Las agencias de publicidad suecas festejaron, en 2003, la decisión de la corte de la Unión Europea, y al igual que lo han hecho en el pasado, creen que la postura del gobierno sueco frente a la publicidad de productos alcohólicos es hipócrita.
Ellos notan una gran paradoja: el gobierno de Suecia siempre prohibió y limitó las publicidades alcohólicas; sin embargo, publica enormes avisos para Absolut Vodka –como dueño de la licencia de marketing de este producto– para medios extranjeros que luego son vendidos en Suecia.
De acuerdo a la nueva ley, no estará permitido que aparezcan personas físicas en las publicidades, no podrán dirigirse a menores de 25 años y todos los avisos deberán tener textos de advertencia sobre los efectos perjudiciales del alcohol para la salud.
Por ejemplo, una publicidad de vinos solo podrá mostrar la botella de vino, las uvas y sus características.
El gobierno sueco prohibió la publicidad en bebidas alcohólicas en 1978, en un intento de reducir su consumo y limitar sus efectos adversos para la sociedad y para la salud. Esta prohibición no les permitía a los anunciantes de alcohol y a las agencias colocar avisos en medios gráficos, radio, televisión, callejeros, cines o PNT.
Otras políticas tomadas por el gobierno para bajar el consumo de alcohol han sido fijar impuestos altos y vender alcohol sólo en bares, restaurantes y los locales manejados por el gobierno.
El tiempo pasa, pero las costumbres no. El gobierno sueco sigue creyendo que el mejor remedio contra el consumo de alcohol es prohibir todo tipo de marketing y publicidad relacionado con este tipo de productos.
“Uno de los tantos instrumentos fuertes que están en nuestro poder contra el alcohol es limitar aún más las posibilidades de publicitar alcohol”, remató Johansson.