Con un estilo existencialista, la nueva colección de la diseñadora María Barros rescata del olvido la personalidad y las proezas de una serie de mujeres que quedaron relegadas en la historia. En la memoria homenajea a personajes tan ilustres como Simone de Beauvoir, Olympe de Gouges o Camille Claudel, que en su época fueron un modelo de fuerza e integridad, valentía e inteligencia.
Tras haber conseguido una muy buena acogida con su anterior colección presentada en
Para el día propone sus particulares camisas, pantalones anchos y faldas de sedas de cortes originales. Para la noche, elegantes vestidos largos con tirantes cruzados o escotes. Esta colección, más allá de sus particularidades, es fiel a su estilo y deja marca de sus señas de identidad.
La armonía cromática de la colección, llena de blancos puros, negros y rojos, presenta “a una mujer de belleza anodina y de carácter revolucionario”, decía un medio estadounidense.
Además, las delicadas sedas utilizadas, combinadas con materiales como lana fría, terciopelo y cashemire, muestran la cuidadosa selección de los materiales de la joven revelación.
La diseñadora presentó su nueva colección en The Coterie –que reúne a los diseñadores más relevantes del panorama internacional con los showrooms más exclusivos de Nueva York-, que tuvo una excelente acogida. En su primera incursión en el mercado norteamericano, Barros consiguió posicionar su marca en Texas, Florida y California. Además, firmó un acuerdo que le permitirá distribuir sus diseños en Grecia.
Un poco de historia
Nacida en
En el año 2000 se trasladó a Milán para finalizar sus estudios, y en esa ciudad realizó su tesis bajo la dirección de Franca Sozzani, directora de la Vogue italiana. La colección que mostró en su tesis fue seleccionada por Italia para la realización de su primer desfile en Milán.
Así consiguió su primer éxito a los 21 años: el premio Moët&Chandon Young Fashion Award en colaboración con
Tras esta exitosa experiencia continuó su trayectoria laboral de la mano de Pupi Solari en Milán, donde decidió hacer ropa para tiendas multimarca.
Más tarde se incorporó al equipo creativo de Roberto Cavalli en Florencia, donde realizó dos colecciones de hombre y una de mujer. Tras vivir de cerca el funcionamiento de diversas casas de moda, decidió regresar a España y dedicar toda su energía y creatividad a la creación de su propia empresa,