Con el objetivo de exponer, mediante una óptica publicitaria, la evolución del país desde la época de la dictadura hasta la integración en la escena internacional, el Círculo de Bellas Artes de Madrid y
La exposición, organizada temática y cronológicamente, se centra en una época oscura de la historia española, que ha dejado su huella marcada en la memoria de tantos hombres y mujeres, con el objetivo de mostrar, por un lado, como la evolución del país hacia una integración en la escena internacional es perceptible en el ámbito de la publicidad. Por otro lado, se propone reflejar como eran la sociedad y la política de los años ‘40 y ‘50 y de qué manera, en la primera etapa del nuevo régimen -tras la victoria de Franco en
Para esto, se exhibirán múltiples documentos, alrededor de doscientos carteles y anuncios y trescientos audiovisuales, a fin de que éstos reflejen como la tendencia social evoluciona desde un absoluto rechazo a la influencia exterior hacia una tímida apertura que deriva en la “adopción” del American way of life, lo cual se deja entrever en una publicidad que se moderniza y sigue los modelos estadounidenses.
La exposición también retrata el impulso del catolicismo y del patriotismo mediante anuncios gráficos, por ejemplo, de aspirinas, con crucifijos y avisos con mujeres cuya ambición era “casarse pronto y bien”.
“En aquellos años existió una estrecha relación entre el discurso comercial y la propaganda política, ya que los anunciantes asumieron las proclamas y símbolos del franquismo”, opinaron los responsables de la muestra, que además hicieron hincapié en que, si bien la publicidad también fue víctima de la censura, tuvo “algo más de libertad que otras facetas culturales y artísticas”, dada la consideración de la misma como “un arte menor” y, consecuentemente, menos controlado.
De la misma manera, se busca hacer el paralelo entre la sociedad de esos años y la
publicidad de la época en lo que respecta a la acción de la censura, la presencia de la propaganda social, la segregación de la mujer del trabajo y su confinamiento al hogar, la desigualdad social especialmente presente entre los avisos publicitarios dirigidos a la clase más favorecida y aquellos dirigidos a las clases populares. Por ejemplo, almacenes populares como SEPU, Simago o Capitol anunciaban sus promociones y rebajas, mientras que los grandes almacenes emergentes como Galerías Preciados y El Corte Inglés identificaban en su clientela elegancia, distinción, calidad y buen gusto, según expresan los organizadores de la muestra.
También en la muestra se encontrará material sobre los avances en el transporte -el Talgo, los camiones Pegaso, los microcoches como el Biscuter o el SEAT 600-, los espectáculos y otras formas de entretenimiento, la imagen a menudo estereotipada de España -con morenas gitanas, toreros y guitarras- y anuncios emblemáticos como el toro de Osborne o la botella de Tío Pepe.
“Tal vez uno de los mayores aciertos de esta exposición sea precisamente el de tratar de ver -en los dos sentidos, el literal y el figurado- las dos décadas inmediatamente posteriores a
Además Velasco Murviedro sostuvo que aunque tópicos rasgos a veces coinciden con los admitidos comúnmente –como la política, la economía, la cultura o la religión-, se analizan desde un enfoque nuevo: el gráfico; mientras que el resto –la mujer, la escasez y el hambre, las enfermedades y carencias, la familia, el consumo y el ocio, etc.- o se han tratado muy poco en la literatura del período, o resultan ciertamente inéditos.