La entrevista con Pablo Batlle, DGC de DDB Argentina, se produjo en una tarde de otoño en el microcentro porteño, donde la agencia tiene las oficinas y los transeúntes anónimos que pasan por esa esquina, se dejan seducir por los carteles de la campaña Palermo 180, esa misma que dentro de unos minutos Pablo Batlle contará que les trajo varias alegrías en el Cannes del año pasado, donde se llevaron dos Leones de plata.
“La verdad es que uno a lo largo de los años tiene una relación de amor y de odio con el Festival, independientemente del odio que uno tiene si pierde; o el amor que tiene si gana”, comienza confesando Batlle. “Sentía que era el Festival que reunía una carga de adrenalina en todo el ambiente, que a mí no me terminaba de cerrar. Un León no me volvía loco”, se sincera.
Luego de una pausa tras un sorbo de café, cuenta que luego de varios años se reencontró con el Festival que le dará la “oportunidad única de ser jurado”, que lo comenzó a querer y que lo va tomar como un lugar de aprendizaje.
“Uno se dedica a ser creativo en
Hablando de las expectativas que le genera ver piezas de la publicidad mundial, inevitablemente sale a flote el tema de la crisis económica y hace un paralelismo con la creatividad: “No sé con qué me voy a encontrar debido a lo que es la crisis y lo que es la inversión que tienen las agencias hoy. A su vez, no sé qué estilo de creatividad me voy a encontrar, si se va a notar el trabajo del Gorila de Juan Cabral, si ese comercial abrió una nueva era de creatividad o si va a primar lo clásico”.
La performance argentina
En los últimos años,
“Es muy difícil saber cómo le va a ir a Argentina en Film. La categoría es la figurita difícil de todo el Festival. Igualmente, hay rubros en los que
DDB Argentina en Cannes
Así como Batlle asegura que tiene el doble de orgullo, responsabilidad y compromiso, se lo ve muy entusiasmado por esta nueva experiencia. Por un momento deja de lado su rol de jurado de Film y se aboca a responder desde su cargo de DGC de DDB Argentina: “El año pasado teníamos dos balas y con esas dos trajimos tres Leones. Este año tenemos otras dos balas, o tres a lo sumo, y vamos a ver cómo nos va. Cannes es una lotería, he ido años en los que la gente ya había elegido el traje con el que iba a subir a buscar el premio y después no se llevó nada. Si ganamos va a ser una enorme felicidad y, si perdemos, no nos va a cambiar la vida ni un poquito”. Pero al terminar la frase vuelve a ponerse el traje de jurado y asegura: “Ahora voy a ver la cocina de cómo es todo eso, voy a entender un poco más, por más que uno al ser jurado vea todo diferente, desde otro plano”.
Hace una hora empezó la entrevista, Batlle ya terminó su café, busca posición en el sillón que está sentado y reflexiona: “Me toca ser jurado de Cannes en el mejor momento de mi carrera: este último año lo disfruté muchísimo, tuve una seguidilla de cosas buenas en mi vida tanto en el plano personal como profesional”.
Por último y para dejar en claro qué siente un creativo por Cannes, Batlle intenta explicarlo desde sus 15 años de experiencia en el mercado: “Un León en Cannes es el premio máximo al que puede aspirar un creativo. Como el Óscar para un actor, para nosotros es Cannes. Tiene una carga muy grande de glamour y es tan difícil ganarlo que lo hace importante. Hay otros como D&AD, One Show, pero no tienen esa carga de glamour que sí tiene Cannes”, cierra.