El mercado cervecero argentino sumó una nueva marca de lujo con la llegada de la holandesa Grolsch. Detrás del desembarco de la marca se encuentra el grupo SAB Miller, que puso un pie en el país hace cinco años con la compra de Isenbeck. “Con un consumo sostenido como el que muestra la cerveza estamos convencidos de que hay una oportunidad de mercado muy importante para una marca como Grolsch", explicó a Adlatina Lola Scotta, directora de Marcas Premium Globales de Cervecería Argentina, la filial local de SAB Miller.

-¿A qué segmento apuntan con Grolsch?

-Como empresa ya estábamos presentes en el segmento premium, con Miller, pero con Grolsch apuntamos a competir en forma más directa con Heineken y Stella Artois. Con estas dos marcas compartimos el origen europeo y el envase verde. Y para diferenciarnos queremos posicionarnos en todo lo que es el ambiente artístico emergente, apostando al cine independiente y las nuevas galerías de arte

-¿Hay lugar para un tercer jugador en este mercado?

-El lugar siempre está, la clave es tener un posicionamiento correcto. Corremos con la ventaja de que la marca ya es conocida por el público que busca productos premium e importados. Hoy el segmento premium representa aproximadamente el 15% del mercado total de cervezas y si bien está un poco estancado porque no se vio favorecido por la masificación de los descuentos, creemos que en 2016 va a volver a crecer con fuerza, porque la gente cada vez gasta más para darse gustos, y esto no pasa solo con la cerveza.

-¿Tuvieron que realizar algún cambio para adaptarse al mercado local?

-En la Argentina se da la particularidad de que  el envase preferido es el de las botellas de un litro, mientras que en mercados como el europeo las presentaciones más chicas son las más demandadas. Por eso estamos lanzando la producción local del envase litro, aunque vamos seguir importando las latas de 450 y 330 ml.