Quien no recuerda las gafas bicolores (azul y rojo) del viejo cine en 3 dimensiones. Surgió por los años 50 con Los crímenes del museo de cera y jamás funcionó del todo: no sólo la imagen era borrosa, también provocaba mareos y migrañas. De hecho, había gente que salía del cine vomitando. Pero el cine 3D, cuyo nombre más exacto es “cine estereoscópico”, se dispone a vivir una verdadera edad de oro que comienza este mismo 2009.
Los más entusiastas, entre ellos George Lucas, Steven Spielberg, James Cameron y Jeffrey Katzenberg, dicen que el nuevo desembarco de este formato es equiparable en importancia a la aparición del sonoro o del color. Lo cierto es que el experimento falló entonces pero hoy la tecnología avanzó a tal velocidad –que aunque las gafas siguen siendo necesarias- el efecto es espectacular.
Son muchos los elementos a favor. Por una parte, el número de títulos que llega este 2009 alcanza, como mínimo, los 15 y algunos son de altura. El 3 de abril abre fuego, en todo el mundo, Monstruos contra alienígenas, de DreamWorks, la nueva apuesta multimillonaria de animación del estudio que creó Shrek. Se trata de la primera película de la historia del cine que fue creado directamente para el formato 3D. Hasta la fecha se trataba de films rodados en 2D que se convertían a la tridimensión.
Muchos especialistas dicen que esta será la ocasión de comprobar si el 3D significa también la aparición de un nuevo lenguaje. A Monstruos contra alienígenas seguirán películas como Vamos a la luna, dirigida por Ben Stassen, Jonas Brothers en concierto 3D, Up, la nueva producción del aclamado estudio Pixar, y un reestreno 3D de la popular Toy Story. Para cerrar la piñata, la segunda mita del año se estrenará, Avatar, que dicen los cinéfilos que llegó para revolucionar el formato. Este es el primer filme de James Cameron después de Titanic (1997) y anunciada como un punto y aparte debido a su revolucionaria tecnología (amparada por un presupuesto de casi 300 millones de dólares).
Conversión digital
El problema es que productos sobran pero no es fácil encontrar salas para exhibirlas. En España, un país que tradicionalmente es el líder en Europa en cuanto a la modernidad de sus cines, sólo tiene 27 salas preparadas para las 3D. Mientras que el total es de4.300 salas. Igual, dicen que para fines de este año, ya habrá 60 salas de ese tipo. El problema es que adaptar un cine a la proyección de 3D no sale nada barato.
En primer lugar, el sistema funciona de forma digital y la mayoría de los cines de Europa siguen siendo analógicos. Esa conversión ya cuesta, cuando menos, unos 60.000 euros. A esa cifra habría que añadir los 15.000 que cuesta la adaptación a la tecnología 3D. Un desembolso importante en un momento en el que la industria (y no sólo la del cine) atraviesa una terrible crisis económica. Con este panorama, la guerra ya está montada. La polémica surge porque los exhibidores quieren que las distribuidoras paguen una parte del dispendio. Argumentan dos cosas. Por una parte, que todos ganarán más dinero ya que las entradas para las películas estereoscópicas son más caras (entre dos y cuatro euros); por la otra, que las compañías ahorrarán una cantidad significativa con la conversión al digital ya que el precio por copia descenderá de los
De momento, hay acuerdo sobre la necesidad del pacto pero no sobre sus términos. En cualquier caso, la apuesta de los dueños de los cines por el 3D es nítida: “Acabamos de anunciar la creación de 18 nuevas salas a añadir a las cinco que ya tenemos”, explica Fernando Evole, de Yelmo. “A finales de este mismo mes tendremos 32 cines preparados para la nueva tecnología”, dice Raúl Cabrera, de Cinesa. Para ambos, se trata de una forma de “dar un espectáculo que el espectador no puede tener en casa. Además, son películas imposibles de piratear”, dice Cabrera. Para éste, “la tecnología ha avanzado muchísimo desde las gafas bicolor y lo más importante es que vemos que Hollywood está apostando fuerte por crear películas en este formato”. Evole también está de acuerdo en la importancia del nuevo sistema y comenta: “Yo creo que habrá muchas películas pero no todas las películas. No me imagino un filme de Woody Allen en 3D”. No es la opinión de Jeffrey Katzenberg, presidente de DreamWorks, uno de los estudios de Hollywood que está arriesgando más en el nuevo formato. Katzenberg, ex director de Disney y uno de los hombres más poderosos del cine mundial, aseguró a la revista, El Cultural, que “estamos en un proceso tan importante como el paso del mudo al sonoro”. Sin embargo, matiza: “Las películas son películas. El 3D mejora la experiencia del espectador pero no tiene la capacidad de convertir una mala película en una buena”.
¿Será la aparición de un nuevo lenguaje cinematográfico?
3D: la nueva dimensión
El cine se prepara para su próximo asalto: la tercera dimensión. Una avalancha de estrenos, que van desde Monstruos contra Alienígenas hasta Avatar, ponen a prueba el formato tradicional.
