Publicidad > Iberoamérica | NOTA EDITORIAL DE LA CEO DE ADLATINA GROUP
Redacción Adlatina |
En el marco del especial por los 25 años, la CEO de Adlatina Group asegura que el medio “es testigo, catalizador y memoria viva del ecosistema de marketing latino”.
Por Belén Martínez Cima
CEO de Adlatina Group
Hace diez años que tengo la fortuna de pertenecer al equipo de Adlatina, pero hace 25 que forma parte de mi vida. De chiquita jugaba con las calcomanías anaranjadas y negras (había muchas en mi casa en aquella época); cada vez que me conectaba a internet, la página de cabecera, por supuesto, era Adlatina y leía las revistas de papel en cuyas tapas había gente “famosa” de la publicidad.
Adlatina estuvo siempre presente en mi vida familiar y profesional (incluyendo mis épocas de marketing en L’Oréal y Danone) pero, desde hace una década, pasó a ser no sólo mi trabajo, sino una de mis grandes pasiones.
Adlatina nació como portal y revista regional para convertirse en el hub de la publicidad y el marketing latinos.
Adlatina cumple 25 años no como un medio que mira desde afuera, sino como un actor que ha caminado junto al ecosistema de marcas, agencias y personas de Iberoamérica.
Adlatina es testigo, catalizador y memoria viva del ecosistema de marketing latino.
Se ha convertido en una costumbre profesional, reflejando la identidad de una región creativa, vibrante, diversa. Es más que información: es pulsación cultural.
Felices de cumplir un cuarto de siglo en el que aprendimos a adaptarnos y transformarnos sin perder nuestra esencia, acompañados en el camino por su fundador (Mentor con mayúscula) y un gran equipo de profesionales que la integran.
En Adlatina estamos comprometidos con seguir informando, creando contenido con valor, generando espacios clave y de networking para los marketers y publicitarios, promoviendo las prácticas del marketing efectivo, así como expandiendo y visibilizando el rol de las mujeres líderes de nuestra industria en la región.
"El horizonte no es un límite, es un boceto”: adhiero a esta metáfora. Soñamos con líneas abiertas, estructuras flexibles. Porque los arquitectos del futuro no dibujan muros: diseñan posibilidades.